Si el equipo de futbol de Puebla fuera una persona, nada más le faltaría que lo orinará un perro. La pobre escuadra camotera no salió muy bien posicionada en la última encuesta que Consulta Mitofsky realizó sobre la afición al futbol soccer en México.

En el rubro de equipo favorito de Primera División, los mil mexicanos encuestados reflejaron las siguientes tendencias: “El América baja solamente 3 décimas en el porcentaje de respuestas como equipo favorito, pero eso le alcanza para superar al Guadalajara que cae casi 4 puntos porcentuales (tal vez por el mal momento que pasa durante la aplicación de la encuesta); de esa manera al inicio de 2012 es ahora el América el más popular pero sigue la eterna pugna con el Guadalajara; en los últimos 5 años, 3 veces ha salido el América y 2 el Guadalajara como los equipos más seguidos, pero nunca uno a superado al otro por más de 3 puntos.”

Tristemente Puebla se ubica en la posición 14 (de un total de 15) y en cantidad de preferencia bajo de 15 a tan sólo el 6% de sus seguidores, es decir, bajo en nueve puntos porcentuales a la afición que tiene puestas sus esperanzas en la escuadra secuestrada por la administración de Ricardo Henaine.

Así como cada aficionado puede tener un equipo al cual apoyar, también su afición y las rivalidades lo van haciendo tener odiados a los cuales rechaza (incluso sentir alegría por sus derrotas). El estudio presentado por la empresa de Roy Campos concluye que el América, sin discusión sigue siendo el equipo más rechazado con un 44%, seguido de lejos de nuevo por Chivas (19%), Cruz Azul (6%) y Pumas (4%).

Ahora bien, la encuesta considera el interés como la suma de preferencia+rechazo, en la siguiente tabla vemos que casi 2 de cada 3 aficionados se interesan en el resultado del América y aproximadamente 4 de cada 10 en el de Chivas. En cuanto a nuestros jugadores poblanos, resulta que el interés es de ¡2 de cada 100 aficionados!, en este caso más le valdría a La Franja que fuera una escuadra odiada y no simplemente una gris y ridícula “x” que le resulta indiferente al resto de los mexicanos que no viven en Puebla.

¿Quién para campeón?, preguntó la casa entrevistadora y por cuarto año consecutivo el Guadalajara es el equipo más mencionado como futuro campeón del torneo mexicano, aunque sólo una décima por encima del América. El Cruz Azul en tercer lugar, tiene su tercera caída consecutiva y casi se ve alcanzado por Pumas. Después aparece Morelia, San Luis, el actual campeón Tigres y muy cerca Santos, estos últimos los dos finalistas del torneo pasado. Por obvias razones, Puebla, en este rubro, no tiene nada que hacer.

Se trata del hijo de Ricardo Henaine. Sí. El mismo que hoy está en el ojo del huracán y en la mira de Rafael Moreno Valle Rosas. Desde su cuenta en Twitter, Roberto Henaine hace lo que puede por apoyar, aunque sea moralmente a su padre.

“Si algún día tienen un evento no contraten a la chiquillada o a maurer pq tienen muy poca convocatoria y ni regalando boletos juntaron a 100”, escribió este domingo por la tarde este joven en cuya foto de perfil aparece al lado de su progenitor.

Por su perfil en esta red social, sabemos que su ingreso es reciente ya que cuenta con apenas 361 tweets, sigue a 51 personas y tiene 264 seguidores, en su mayoría curiosos que en el apellido de este joven encuentran saciedad al morbo colectivo.

Este domingo, Roberto Henaine se dedicó a defender la honra de la familia a través de tweets como los siguientes: “No que el SR. @EmilioMaurer no iba a ir al estadio mientras Henaine fuera el dueño? Hoy fue a ver perder al Puebla pero no se le hizo”.

Además de tener puesta la camiseta del Puebla de La Franja, el joven Henaine también tiene puesta la de maratonista pues se dedica a correr largos kilómetros, e incluso el último lo dedicó así: “Misión cumplida. Este maratón se lo dedico a mi papá. Y a toda la bola de OGT’S chin…. a su madre”.

Roberto Henaine es pues, el heredero de las causas difíciles y desesperadas de su padre y también se ha convertido a través de Twitter en el vocero de casa. Por sus mensajes también sabemos que es uno de los que forman parte del TUCOM (Todos Unidos Contra Maurer) y que recientemente confirmó que “El Puebla se queda en casa”, después de que el dueño de El Heraldo de Puebla y el arrebatado Valle Fantástico se retractó del chantaje que lanzó a la afición camotera ahora que le llueve sobre mojado.

Ya ha pasado casi una semana desde que los mexicanos pasamos el trago amargo (pero esperado) de quedar eliminados del Mundial. Del domingo a la fecha hemos visto cómo “los ricos también lloran” cuando un funcionario fue destituido por sacar a flote su nula educación y paupérrima inteligencia emocional al no controlar la frustración que le produjo la derrota del Tri ante los ágiles pies de la selección de futbol de Argentina.

Lo que Miguel Gómez Mont Urueta, debió haber hecho para no ser cesado de la Dirección General del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, era sacar su furia, coraje y tristeza como miles de mexicanos lo están haciendo pacíficamente, es decir, en el campo virtual, así de hubiera dado cuenta que la familia de Guille Franco no tenía vela en este entierro. A continuación el verdadero culpable:

Y es que el hermano del Secretario de Gobernación Federal tal vez sea del grupo de mexicanos que han contribuido a escribir en Wikipedia la definición del argentino naturalizado mexicano, descripción que también ya circula en la red.

Pero quien no tuvo vergüenza mundial fue el tal Joseph Blatter, presidente de la FIFA, cuando ofreció disculpas a México e Inglaterra ¡por los errores arbitrales que contribuyeron a su eliminación en el Mundial de Sudáfrica 2010! El colmo del caso es que este señor fue testigo directo de los fallos, ya que asistió a los partidos en Bloemfontein y Johannesburgo el 27 de junio.

Sin embargo, no se puede achacar toda la descalificación a los árbitros y las malas vibras de gente como Gómez Mont, nuestros seleccionados deben reconocer que también anduvieron del “tingo al tango” en Sudáfrica, aquí algunas tomas que la afición ya repudia desde sus correos electrónicos.