El daño ecológico causado al Golfo de México tras el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon de la petrolera británica BP ha despertado la indignación de la gente que atónita observa como el gobierno de México no expresa ni siquiera un “ay dolor” ante el ecocidio calculado en casi 5 millones de barriles de crudo derramados.
Sin embargo, los que si ya se han puesto las pilas son los activistas ambientalistas de todos lados. A través del sitio www.ecosfera.com la organización Matter of Trust ha dado a conocer una interesante propuesta para limpiar el petróleo con alfombras y escobas de pelo que absorben este material.
“El cabello es muy eficaz. ¿Por qué utilizar productos a base de aceite para limpiar derrames de petróleo? ¡Eso es una tontería!”, explican en su página al mismo tiempo que detallan los alcances de un Sistema Internacional de Fibra Natural Reciclable para limpiar el Golfo.
Puebla también está invitada a la fiesta pro ambientalista a través de la iniciativa “Ayudemos al Golfo”, por lo que se ha habilitado un centro de acopio de cabello y medias de nylon en la Plaza AM 11 Edificio 4 Interior 6 en la colonia Agua Santa. Además, también hay reclutamiento de voluntarios para tratar animales contaminados con petróleo en el Acuario Crece, ubicado en Veracruz.
La explicación científica radica en que el cabello humano absorbe grasa y ello se ha demostrado desde el derrame de Exxon Valdez en Alaska en 1989 cuando Matter of Trust junto con el estilista Phil McCory comenzaron a recolectar cabello de salones de belleza y a fabricar “esponjas” recolectoras para limpiar los mantos acuíferos del planeta.
De esta manera, el cabello humano se introduce en mangas de nylon reciclable y se utiliza para absorber el petróleo y aceite dejando el agua clara y limpia. Las mangas de cabello se someten a presión y centrifugado para extraer todo el petróleo a contenedores seguros.
Por su parte Greenpeace sorprendió a los londinenses al clausurar todas las estaciones de gasolina pertenecientes a la empresa inglesa British Petroleum. En cada gasolinera, activistas colocaron el mensaje “Cerrado. Dejemos atrás el petróleo” y procedieron a sustituir el logotipo de BP- un girasol verde y amarillo- por uno que se hunde en un mar de petróleo, para mostrar cómo la compañía está contaminando los mares en los que hace explotación petrolera, en particular el Golfo de México. Para evitar que las bombas vuelvan a utilizarse, los activistas retiraron cuidadosamente los interruptores.
Greenpeace exige:
· Prohibir inmediatamente nuevas perforaciones en alta mar y la explotación de todas las fuentes no convencionales de petróleo de alto riesgo (como la arenas bituminosas canadienses);
· Poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles y aumentar el apoyo a la generación de energía limpia;
· Impulsar leyes y políticas que combatan el cambio climático y estimulen una revolución en nuestra forma de producir y consumir energía.