Birdman, la inesperada virtud de la ignorancia
30.11.2014La nueva película de Alejandro González Iñárritu está por cumplir dos semanas en cartelera. Sus funciones se han reducido en la cartelera de cine poblana, por lo que yo sugiero que vayan a verla antes de que la retiren de la marquesina y así evitar darse de topes en la cabeza en enero próximo.
La temporada de premios en Hollywood está a la vuelta de la esquina. “Birdman” ha recibido muy buenas críticas en su paso por los festivales de cine mundiales, abrió La Mostra en Venecia, por ejemplo, y ha sido ya nominada a seis premios Spirit, ese que reconoce el cine independiente. Además, se perfila como una favorita de la Academia para contemplar en algunas nominaciones al afamado premio Oscar.
Pero más allá de cuestiones de blof cinematográfico o apoyo al compatriota mexicano célebre por sus “Amores Perros”, Birdman es obligada por su peculiar narrativa, su banda sonora, su música incidental, sus genuinas actuaciones, su excéntrica exposición de una trama cargada de drama, ironía y secretos Brodwaynianos (sic).
González Iñárritu nos tiene acostumbrados a volvernos locos con la psicología de sus personajes. Nos ha metido en la mente de ellos en “21 Gramos”, “Babel” y “Biutiful”, así que “Birdman” nos presenta al cineasta corregido y aumentado porque para aderezar la trágica y jodida vida de Riggan Thomson (Michael Keaton), echa mano de un humor negro en el que no queda más que aceptar lo absurda y patética que puede llegar a ser la vida.
Ver al Batman de los ‘90, veinte arrugas después resulta shockeante pero exquisito porque le queda como anillo al dedo el papel de un actor que quiere romper con la superficialidad del cine de superhéroes de Hollywood y entrar al gremio serio de Broadway. Edward Norton, Emma Stone y Naomi Watts, completan el elenco que rompe con los clichés en los que estamos acostumbrados a verlos.
Durante dos horas veremos a la cámara bajo la fotografía de Emmanuel Lubezki, otro laureado mexicano, seguir a “Riggan”, haciendo contados cortes, así que recorremos cada rincón del teatro y de las calles en las que el alter ego de nuestro protagonista se apodera de su mente a través de la figura del hombre pájaro que insiste en resurgir de entre las cenizas, tal cual Ave Fénix.