No hay quien no conozca en Puebla al Padre Lira. Y tampoco no hay quien al enterarse de que el Papa Benedicto XVI lo nombro obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla, no haya sonreído del gusto
Después de que la noticia llegó desde El Vaticano, en suelo poblano el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa se reunió con el vocero de la iglesia católica en Puebla y con Dagoberto Sosa Arriaga (párroco en Santa María de la Asunción de Amozoc), quien también recibió el rango eclesiástico. La siguiente es una foto que circuló en Twitter, a la que le siguieron decenas de felicitaciones y buenos deseos.
También en las redes sociales, el Padre Eugenio Lira fue tema del día. En Facebook existen dos perfiles con su imagen, uno cuenta con 62 amigos y otro con 19.
“Le temo a muchas cosas, una de ellas es que sufra la gente que yo amo. Se va a oír chistoso pero me parece interesante el manejo de la trama de El Padrino. Vi las tres, aunque la última no me gustó tanto como las dos primeras.
Procuro mirar de todo: noticiarios, documentales, hasta “La Oreja” o MTV. Veo pedacitos porque tengo muy poco tiempo, pero me gusta estar enterado de lo que sucede, saber qué miran los jóvenes.
Fue fundamental para mi discernimiento vocacional la visita de Juan Pablo II en 1979. Tuve la oportunidad de participar en la santa misa y estuve atento a toda la visita. También me influyó, durante la infancia, la figura del Papa Pablo VI”, esta es la descripción de él mismo que Eugenio Andrés Lira Rugarcía comparte en el mundo virtual.
Poblano de nacimiento, Rafael Portugal es uno de tantos mexicanos que se abren camino “del otro lado”. Hace más de 20 años que migró a Estados Unidos y hoy es dueño de “The Irish Coffee Shop”, un café irlandes, ubicado en Upper Darby.
En el marco de las festividades por el Día de San Patricio (el patrono del pueblo irlandés), el informativo norteamericano Ponte al día presentó un reportaje sobre el paisano poblano que ya cuenta con la residencia norteamericana y que hoy cocina para quienes llevan sangre irlandesa en las venas en menor o mayor grado.
“Cuando ya tuve mi residencia decidí hacer algo, probar suerte como todos”, explicó Rafael Portugal, quien trabajaba en la cafetería de Pat Coleman, originario de Irlanda, y fue él quien me recomendó comprar el establecimiento y emprender el negocio que él mismo le enseñó.
Su platillo favorito es el Irish Breakfast, compuesto por dos salchichas, dos rebanadas de pan, papas, jitomate y huevo. Además, también hornea su propio pan, mismo que se vende en gran cantidades el Día de San Patricio.
A propósito de esta festividad religiosa, los devotos recibieron ayer un regalo que no era para menos: la promesa del papa Benedicto XVI de firmar mañana viernes una carta a los fieles de Irlanda, cuyo primado pidió perdón por las acusaciones de abusos sexuales a niños cometidos por miembros de la Iglesia Católica en el mundo.
“En los últimos meses, la Iglesia de Irlanda ha sido sacudida por una crisis debido a los abusos cometidos a niños”, dijo el Papa durante su audiencia semanal en la plaza de San Pedro del Vaticano. “En señal de mi profunda preocupación escribí una Carta Pastoral que aborda esa dolorosa situación. Voy a firmarla el viernes, día en que se celebra San José, guardián de la Sagrada Familia y patrón de la Iglesia Universal”, agregó.
El anuncio se produjo poco después de que el primado de Irlanda, el cardenal Sean Brady, acusado de haber ocultado abusos a menores, pidió perdón y se declaró “avergonzado” por no haber defendido los valores que profesa. Incluso el lunes había dicho que sólo dimitiría si se lo pedía Benedicto XVI.
Brady participó en 1975 en reuniones secretas en las que dos presuntas víctimas de abusos sexuales cometidos por el padre Brendan Smyth habrían firmado una promesa de silencio. Las autoridades eclesiásticas investigaban en aquella época a este cura considerado responsable de abusos sexuales a cientos de niños durante cuatro décadas y que murió en prisión tras su detención en los años 1990.
Además de Irlanda, numerosos países, incluido México, han sido sacudidos por esta ola de revelaciones de abusos sexuales a menores cometidos por miembros del clero en las últimas décadas. Los países más recientemente salpicados son Brasil, donde tres sacerdotes fueron acusados de abusar de menores y son investigados por las autoridades y la institución, y Chile. En este último país, un religioso español fue detenido por posesión de pornografía infantil y por haber abusado supuestamente de al menos 15 menores en colegios de su país de origen donde trabajó entre 1992 y 2005.
En la última década también se registraron casos de pedofilia que implicaban a curas o religiosos en Estados Unidos, Canadá, Australia y México.
El escándalo más grave fue el de Estados Unidos, donde en 2002 se reveló que entre 4.000 y 5.000 sacerdotes abusaron sexualmente de unos 14.000 niños y adolescentes durante décadas, lo que obligó a las diócesis locales a pagar millonarias indemnizaciones.
Lamentablemente en el caso de México, la justicia divina no se aplicó en la misma medida ya que mientras Marcial Maciel vivía, el clero “se hizo de la vista gorda” y solamente una vez que falleció destapó la cloaca que hoy lo tiene en un juicio moral a cuya condena no asistirá, simplemente porque ya no está en este mundo.
Ayer fue miércoles de ceniza, esta fecha en el calendario católico marca el inicio de la Cuaresma, así que bien vale ponernos un poco solemnes y religiosos. Hace un par de días, un despacho de Notimex firmado por Andrés Beltramo Alvarez dio cuenta de una buena nueva que por ahora ha pasado desapercibida: la beatificación de Juan de Palafox y Mendoza.
Según la noticia, en breve, el Papa Benedicto XVI declarará beato al antigüo obispo de Puebla, cuya obra ha sido reconocida al poner su nombre a la vialidad que marca y divide la ciudad. El hecho cobra relevancia si tomamos en cuenta que este personaje se ha enfrentado por más de tres siglos a la oposición de los Jesuitas, quienes desde 1666 han rechazado su perfil como posible santo de la Iglesia Católica, poniendo todo tipo de trabas para evitar su beatificación.
Andrés Beltramo da cuenta de un milagro que aprobó el 8 de febrero una comisión de cardenales. El milagro estudiado y aprobado por el Vaticano se refiere a la curación de Lucas Fernández de Pinedo, un sacerdote de 66 años de edad, de la entonces Diócesis de Osma. En noviembre de 1766 el párroco había sido desahuciado por los médicos tras 40 días de lucha contra una probable forma de tuberculosis, incurable en aquella época. Según relata el postulador de la Causa, el padre Moriones, el cura “había hecho su testamento y recibido los últimos sacramentos y se había despedido de sus parroquianos cuando su sobrino, también sacerdote y vicario parroquial, le trajo una reliquia de Palafox”. El enfermo la recibió, se encomendó y se quedó dormido mientras los síntomas de la enfermedad que lo tenían insomne desde hacía semanas desaparecieron instantáneamente y, al cabo de cuatro horas, se encontraba perfectamente.
Cabe recordar que el año pasado, el Papa reconoció las ”virtudes heroicas” de quien también fue Primer Virrey y le concedió el título de ”venerable siervo de Dios”, el segundo escalón de cara a ser reconocido como santo.
Reportera. Adicta a las historias de vida, el cine, la música y las redes sociales. Orgullosamente universitaria de la Facultad de Ciencias de la Cominicación de la..