Seguramente, alguna vez pasó por la 7 oriente y la 16 de septiembre. Ahí, justo a un costado de la oficina de correos, todos los días, estaba “La Güera”, famosa por las “minicemitas” que preparaba rellenas de todo tipo de platillos.

Rosa María Candia Andrade, como reza su acta de nacimiento, no se conformó con ponerle la exquisita milanesa, el jamón o el quesillo al pan típico de Puebla. No. Esta mujer que quedo viuda muy joven, tuvo la ocurrencia de rellenar las cemitas con mole, pipián, guisados, papas con chorizo, chicharrón en salsa, queso de puerco, chipotles relleno, entre otras recetas.

La noche de este miércoles en Twitter, circuló la versión de que esta mujer que los últimos 45 años vendió sus cemitas a humildes peatones y poderosos funcionarios y gobernadores, habría fallecido.

En el trienio del alcalde priísta Enrique Doger, “La Guera”, fue nombrada por el Ayuntamiento de Puebla como una de las 475 personas distinguidas con un reconocimiento por haber sido íconos y contribuir a la historia de la capital poblana.