Mientras unos van caminando temerosos por las calles o esperan el micro en cada esquina con todo y el bochornoso, por no decir ridículo, cubrebocas; más de uno ha hecho de la psicosis colectiva una tendencia cibernauta que obliga a comunidades virtuales enteras a sumarse con tal de no estar “out”.

En menos de cuatro días, el perfil de INFLUENZA en Facebook ha sumado 6 mil 669 fans, mismos que se multiplican a razón de 500 por hora. Los comentarios llueven en todos los sentidos, en su mayoría en la línea del sarcasmo y la ironía.

Desde el “Nos vamos a morir”, hasta “Te Amo Influenza”, la mayoría da gracias a este virus por llegar a su vida y hacer que las tediosas clases se suspendieran o mejor aún, que logrará postergar en algunas escuelas la famosa prueba ENLACE. Tampoco faltan aquellos que le piden al mortal virus que se lleve a todos los chilangos, los nacos, los emos y demás pelusa. Si algo le piden a la Influenza los dirigentes del mundo del mañana es que por piedad ¡no se meta con los antros!

Pero la moda va en paquete. En el mismo sitio todos pelean por tener el cubrebocas “más fashion”: con diamantes, con brillitos, con la boca de Homero Simpson, con caricaturas, blancos, negros, de colores, en fin, lo que sea con tal de no salir a la calle con el típico azul de quirófano. Total que mientras del otro lado del mundo, las naciones están preocupadas y abordando el caso con seriedad, los mexicanos se burlan de la muerte una vez más con singular alegría.

Vaya, hasta cumbia ya tiene el mentado virus, en cuatro días alcanza casi las 48 mil reproducciones en You Tube y los 500 comentarios.

En lo personal, esto de la influenza me recuerda a aquellos años en que mi mamá dejo de cocinar bisteces por aquello del mal de las Vacas Locas que igual estaba matando a la humanidad. También recuerdo en mis años maravillosos haber dejado de dormir noches enteras porque el Ébola andaba suelto y era una especie de presagio del fin del mundo. Por aquellos ayeres igual temblaba cuando llegaba el señor del correo, no fuera a traer un sobre con Ántrax, total que a final de cuentas se convirtió en un sinónimo de las discotecas. Y del chupacabras que me traumatizó en los sueños, luego hablamos. Así que esta vez, mejor me encomiendo y ya estará de Dios, total que cuando a uno le toca, le toca.