Quiebran a poblanos las apps montadeudas

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 22-08-2022

Amenazas de tortura o muerte y campañas de desprestigio que los hacen parecer violadores o asesinos frente a sus contactos telefónicos individuales han terminado por minar el ánimo de hombres y mujeres que en Puebla son víctimas de extorsionadores que operan encubiertos como aplicaciones digitales que prestan dinero:  montadeudas, Crónica Puebla presenta los testimonios de tres afectados.

El daño a una de las víctimas fue una quiebra doble, de ánimo y de sus finanzas, pues la angustia y el temor a que los amagos se cumplieran sobre ella y sus familiares la obligaron a erogar aún más dinero con el fin de mudarse de casa.

Dos ya habían liquidado sus deudas cuando fueron presas de una persecución intensa para obligarles a saldar nuevos créditos con intereses impagables.

De las 700 apps que se investigan desde la CdMx, cinco operan en Puebla: José Cash, Guayaba Cash, Crédito  Lana, Limón Cash y Gryphus Crédito, indica la delegación de Condusef.

Hay desfalcos en todo el país, reporta la policía capitalina.

Profesora en un jardín de niños particular al sur de la ciudad de Puebla, trabajador por su cuenta en Momoxpan y  vecina de Cohuecan, en la Mixteca, son tres personas que en el estado de Puebla han sido víctimas de  defraudadores “montadeudas”.

Contra ellos, los perpetradores de lo que en el marco legal mexicano constituye crimen organizado cometieron cobranza ilegítima, extorsión, fraude y violación a las leyes de privacidad.

AMENAZAS DE MUERTE A CONTACTO

La educadora pidió dinero a la app José Cash para pagar la deuda de una tarjeta de crédito bancaria de la que  sólo podía cubrir mínimos y, por tanto, los intereses minaban su presupuesto.

El monto inicial fue de 2 mil 500 pesos, pero la multiplicación de interés cada mes hicieron impagable la deuda.

José Cash le entregó 7 mil pesos. Debía pagar más del doble en tres meses.

“En cosa de 15 minutos ya me habían autorizado. Pero se me hizo fácil y no saldé toda la deuda al banco; traté de cancelarla y me lo negaron porque tenía operaciones en tránsito, así que terminé con dos deudas”, explicó.

“Pasó un mes y me atrasé en el pago. Me llamaban seis veces al día, mínimo. Me costó trabajo, pero me puse al corriente”.

Ya no había reclamo qué hacer; pero José Cash la persiguió.

“Un día, la directora me preguntó si la había puesto como aval de un préstamo, porque le estaban llegando  mensajes por WhatsApp en que le cobraban a ella; me pidió que arreglara el asunto o me corría del trabajo y me  reclamó ponerla en esa situación. Pero ni yo había mencionado siquiera su nombre; no entendía por qué la molestaban”.

El lunes pasado, “me llamó a la dirección para rogarme, llorando, que pagara mis deudas. Me enseñó el mensaje que le llegó: la foto de una cabeza cercenada, puesta en una charola; el texto, con muchas groserías, la amenazaba con que ella así iba a terminar si no pagaba mi supuesta deuda. Le exigieron 10 mil pesos. No puede ser que por atrasarme una vez se hayan generado tres mil pesos de interés”.

Desde ese momento, no ha recibido más comunicación. Tampoco tiene modo de saber cuál es su deuda; “ocultan el monto de los intereses”.

Ambas cambiaron teléfono.

Pero la maestra sigue pagando a la app. Incluso sabiendo que es una de las organizaciones que se investigan en la Ciudad de México.

“Les sigo abonando, no sea que me cobren más intereses todavía por volver a atrasarme”.

DESPRESTIGIO SEVERO VIRALIZADO

Él trabaja por su cuenta; de su tiempo diario de labor en Momoxpan (San Pedro Cholula) depende su único ingreso.

Su foto con la leyenda de “violador muerto de hambre pide préstamos y no paga”, fue recibida por todos los contactos que guardaba en su teléfono celular.

“Es una bola de nieve. Yo ya había pedido un préstamo antes con una aplicación y todo salió bien, pero necesitaba invertir en mi negocio y decidí bajar otra aplicación, Guayaba Cash; terminé de pagar el préstamo también. Pero al revisar, vi que se generó otro crédito que yo no pedí y ya era una cifra impagable”.

Con el préstamo genuino liquidado, decidió pasar por alto el indicio de que le habían adjudicado otra deuda y  no pagar ni un peso por ella.

A los dos días, recibió llamadas de personas que decían representar a Guayaba Cash. Amenazas a él y su familia y ofensas.

Con la certeza de que no gestionó nueva deuda, reafirmó su voluntad de no ceder dinero a esos intentos de  extorsión.

Una semana después, todos sus contactos recibieron la foto con la falsedad y difamación.

“Yo no lo supe hasta que me llamó mi hermano y me enseñó la foto. La policía cibernética me dijo que lo mejor era cambiar mi número y eso hice”, concluyó.

Una mujer oriunda del municipio de Cohuecan, al sur del estado de Puebla, recibió una amenaza a través de un  video.

En las imágenes, unos supuestos emisarios del Cartel Jalisco Nueva Generación torturaban a un hombre  ensangrentado.

Le exigieron a ella “el pago inmediato de su deuda” que había liquidado una semana antes.

“Pedí 3 mil pesos y pagué como 5 mil 800 ya al final. Pero el día que me mandaron ese video chequé en la aplicación y vi que me habían metido más intereses y ya eran 20 mil pesos. ¿Yo de dónde saco ese dinero? Yo no lo pedí”.

Mercedes buscó apoyo psicológico. Las escenas que vio la perturbaron a nivel de ansiedad y angustia.

Temiendo por su vida, acudió a Puebla capital para denunciar.

Cambió su número.

El impacto del ultimátum de la aplicación que le prestó dinero y le cobró más del doble la intimidó el nivel de  optar por mudarse.

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