Declaran extinto el glaciar de la cumbre del Iztaccíhuatl

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 22-04-2021

 

Expertos de la facultad de Geofísica de la UNAM y ecologistas declararon formalmente la muerte del glaciar Ayoloco, ubicado en la cumbre del volcán Iztaccíhuatl. La desaparición de este histórico glaciar impacta en la disponibilidad de agua y regulación del clima, pero también en materia cultural a nuestro país.

Para hacer consciencia al respecto y un llamado para cuidar el medio ambiente ante el cambio climático, los especialistas de Geofísica, de la facultad de Filosofía, de la dirección de Artes y Literatura y activistas colocaron una placa de acero en lo que fue uno de los cuerpos de hielo permanentes de México.

Este miércoles, cuando recién salió el sol en dicho volcán del Estado de México, el grupo de alrededor de 70 personas recorrieron los más de 7 kilómetros que llevan a lo que fue Ayoloco arriba de los 4 mil metros de altura.

Ahí, donde el glaciar permitía escalar en hielo y ofrecía una vista casi única en kilómetros a la redonda, ahora ya no está.

El blanco ha desaparecido dejando un paisaje más amarillo y grisáceo. Al paso, la altura permite una vista sin igual, pero algo falta.

La jefa operativa nacional de Brigada de Rescate del Socorro Alpino de México, Miriam Díaz, alertó de los efectos del cambio climático que no solo han cobrado la vida del glaciar mexicano sino también han intensificado la perdida de hielo en los andes de Chile y Argentina.

Así, se declaró formalmente la muerte del glaciar con la colocación de la placa, en el marco del proyecto universitario México 500 –que intenta “hallar el pasado en el presente–, se pretende encontrar las marcas de este volcán al que nombramos Iztaccíhuatl, que en el pasado fue una “mujer dormida” llena de referencias relativas a la blancura y la nieve, pero que hoy es del color de la tierra".

Hugo Delgado Granados, investigador y ex director del Instituto de Geofísica (IGF), quien junto con un equipo de vulcanólogos y montañistas de la UNAM encabeza este proyecto; explicó que el principal efecto de su extinción es la disminución de la cantidad de agua; además, sin las masas grandes de hielo de la parte alta de las montañas, la temperatura se incrementa, de manera adicional, a escala global e inhibe las precipitaciones.

En el proyecto colabora la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura de la Coordinación de Difusión Cultural, entidad que destaca la importancia del glaciar como inspiración artística y une esfuerzos entre científicos, montañistas y artistas.

Los investigadores de la UNAM recordaron que los glaciares son masas de hielo que permanecen en las cumbres de las montañas durante por lo menos un año; su importancia ecológica radica en la generación de agua dulce en la Tierra.

En el caso de México disminuyeron durante el siglo XX y sus afectaciones se han acelerado en las últimas dos décadas. Debido al cambio climático y la influencia de la actividad humana, las temperaturas que normalmente conservaban estos cuerpos de hielo han cedido ocasionando su desaparición, como fue el caso del Ayoloco el cual dejó de existir en 2018.

Además de su importancia ecológica y ambiental, este glaciar ha sido protagónico en las artes visuales, fotografía, filmografía y, en particular, en la literatura mexicana.

La presencia de los volcanes es inherente a la identidad artística, histórica y cultural de la Ciudad de México y de los estados de Morelos y Puebla.

Ana Elsa Pérez Martínez, directora de Literatura y Fomento a la Lectura de la Coordinación de Difusión Cultural y montañista, explicó que en la Universidad se trabaja la transdisciplina. Por eso, “para los deportistas los volcanes son una cosa, para la gente que nos dedicamos a la literatura son otra y para los geólogos una más”, aunque esas estructuras geológicas sean las mismas, protagonistas de la historia de México.

De ese modo, las montañas también son “hechos culturales”; no sólo existe la perspectiva de la antropología y la arqueología de montaña, sino infinidad de referencias artísticas y literarias, alrededor de los volcanes.

Fuente: Milenio

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