Las autoridades mexicanas iniciaron este jueves el traslado de los cuerpos de los migrantes salvadoreños Óscar Martínez y su hija Valeria, ahogados el pasado domingo en el río Bravo tras un vano intento de cruzar a Estados Unidos.
Tal como constató Efe, los cadáveres salieron de la funeraria ubicada en el municipio de Matamoros, en el nororiental estado de Tamaulipas, rumbo a la ciudad de Monterrey, en el estado de Nuevo León, donde se procederá a su repatriación.
El coche es escoltado por una patrulla de la Policía Federal durante el trayecto de 3 horas y media que separa ambas ciudades.
En los últimos días, la imagen de la trágica muerte del padre y la hija acaparó la atención internacional al reflejar la desesperación de los migrantes centroamericanos que buscan asilo en Estados Unidos.
La estremecedora instantánea muestra los cuerpos de Óscar Martínez y su hija de casi dos años, Valeria, que yacen boca abajo a la orilla del río del lado mexicano. La mitad superior del cuerpo de la pequeña está metida entre la camiseta y el torso del padre, lo que sugiere que el hombre trataba de protegerla de alguna forma en los últimos momentos.
En Matamoros, el mexicano Federico Peláez, quien conocía al fallecido, contó este jueves a Efe que Óscar Martínez “se desesperó porque no calificó para que le dieran un número (en la garita fronteriza) y se le hizo fácil cruzar, se puso a la niña en la espalda y se los llevó la corriente”.
Desde entonces, dice, han sido vistos nuevos intentos de volver a cruzar el río.
Por su parte, la migrante hondureña Xiomara Mena dijo a Efe que, después de lo sucedido en el río, prefiere optar por seguir esperando.
“Es muy peligroso, es un riesgo para nuestros hijos”, aseguró la migrante cerca del río.
En el último mes, la crisis migratoria que se vive en las dos fronteras mexicanas se ha agudizado luego de que Estados Unidos diese al país un ultimátum para acabar con el flujo migratorio.
Una amenaza de imponer aranceles a los productos mexicanos bastó para que México aceptase las condiciones de su vecino del norte.
El país, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, se encuentra aplicando un plan migratorio que pasa por endurecer la vigilancia fronteriza.
Esta misma semana se anunció el despliegue de más de 15,000 agentes de seguridad mexicanos -entre militares y miembros de la nueva Guardia Nacional- en la frontera norte, y a estos se les suman al menos 6,000 más en la región sur, fronteriza con Guatemala.
Fuente: El Nuevo Día