El presidente Donald Trump anunció este lunes que despidió al secretario de Defensa, Mark Esper, una sin precedentes, en un momento de incertidumbre nacional por el resultado de las elecciones en Estados Unidos.
La medida podría considerarse inquietante para el Pentágono y una fuente de preocupación para los aliados y socios internacionales.
Es la primera vez en la era moderna que un presidente que busca la reelección destituye a su jefe del Pentágono después del día de las elecciones.
Los presidentes que ganan la reelección a menudo reemplazan a los miembros del gabinete, incluido el secretario de Defensa, pero los presidentes perdedores han mantenido a sus jefes del Pentágono en su lugar hasta el Día de la Inauguración para preservar la estabilidad en nombre de la seguridad nacional.
Trump anunció la noticia en un tuit, diciendo que "con efecto inmediato" Christopher Miller, el director del Centro Nacional de Contraterrorismo, se desempeñará como secretario interino, eludiendo al segundo funcionario de rango del departamento, el subsecretario de Defensa David Norquist.
La tensa relación de Esper y Trump estuvo a punto de colapsar el verano pasado durante los disturbios civiles que desencadenaron un debate dentro de la administración sobre el papel de los militares en la lucha contra los disturbios internos.
Esper se opuso al uso de militares para ayudar a sofocar las protestas en Washington, D.C., y esto enfureció a Trump y causó especulación de que el jefe de Defensa estaba dispuesto a renunciar si enfrentaba nuevamente un problema de este tipo.