Un nuevo horizonte de incertidumbre se abre en la NFL con el abrupto final de la campaña de los Bucaneros. El más prolífico quarterback en la historia vuelve a coquetear con las especulaciones sobre su futuro, en el que ahora se barajan más opciones que hace un año, cuando por algunas semanas estuvo retirado como jugador profesional.

Al viejo Tom Brady parece no pesarle los 46 años a cuestas. Con la eliminación en el lunes por la noche de la ronda de comodines ante los Vaqueros (31-14) a las preguntas de si ahora sí se marchará definitivamente se suman las de si estaría dispuestos a una nueva aventura con varias franquicias interesadas en firmarlo como han surgido en el ruido mediático Raiders, Delfines y hasta los 49ers, franquicia que se suma a la lista de rumores al ser el equipo favorito del jugador con más títulos en la historia, con siete.

“No era la forma como queríamos que terminara la temporada, pero estuvo acorde con la forma como jugamos a lo largo de toda la campaña”, comentó Brady tras la eliminación ante Dallas. “Siempre será duro (la decepcionante forma de terminar una campaña), pero no ganamos, lo hicieron ellos en esta ocasión”.

Hace un año, Brady se quedó a un paso de volver al Super Bowl por décimo primera ocasión, en busca de un octavo anillo de monarca, después de caer en la final de la Conferencia Este ante los Carneros el 23 de enero. Una semana después, anunció que el final de su trayectoria en la NFL había llegado... Le esperaba un cambio de rutina, en el que sería otra estrella de la TV.

Pero unas semanas después, se sacudió la idea del retiro; dejó a la espera el contrato más jugoso como analista de televisión con Fox Sports —por 400 millones de dólares por un plazo de una década—, y renovó por un año con los Bucaneros. Acuerdo que terminó el lunes con la derrota ante Dallas.

Con esta vuelta a las vacaciones forzadas, el veterano quarterback tiene tiempo para deshojar la margarita y pensar en su potencial futuro, en el que la ruta que elija luce que podría ser brillante.

Si elige a Raiders como su nuevo destino en Las Vegas, se reencontraría con el coach Josh McDaniel, quien fue su coordinador ofensivo y entrenador de quarterbacks en sus mejores años con los Patriotas; además de que encontraría a uno de los mejores receptores con Davante Adams y de alas cerradas en el aspecto ofensivo con Darren Waller.

Las opciones de Miami y San Francisco no serían menos relevantes al contar ambos con jugadores de primer nivel a la ofensiva. En el caso de los 49ers, siguen vivos esta postemporada con muchas boletas de favoritos para llegar al Super Bowl por la Conferencia Nacional, pero con Brock Purdy, un QB novato que ha brillado en esta primera oportunidad.

Si acaso Brady decide poner fin a su prolífica carrera, lo esperara un sillón como el más importante de los analistas de Fox Sports, con el más jugoso acuerdo que jamás se había alcanzado con un exjugador de la NFL.

El amo de los récords entre los quarterbacks

Tom Brady concluyó la campaña en que más pases intentó (733) y completó (490) en su brillante trayectoria, que se remonta a su inicio en el 2000 con los Patriotas.

Sin embargo, su producción de pases de TD sufrió una merma (25), con un equipo en franco declive con relación a las escuadras con las que se coronó en su primera campaña en 2020 y la del año pasado, con la que se quedó a un paso del Super Bowl y fue segundo en las votaciones para el MVP.

Con el final de la temporada, toman fuerza las versiones que apuntan a que Raiders, Miami y San Francisco estarían dispuestos a contratar al QB que tiene en sus manos varias de las marcas históricas de la NFL como la de victorias para alguien de su posición (251), más títulos (siete), más apariciones en un Super Bowl (diez), más títulos con un mimo equipo (seis, Patriotas) y más MVP de Super Bowl (cinco); también el de anotaciones (649) y yardas por pase (89 mil 214).

Con información de Excélsior