Stranger Things 3, esto opinan los críticos

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 08-07-2019

Uno de los encantos de la primera temporada de Stranger Things fue el constante suspenso que el espectador percibía en cada paso de la aventura liderada por Eleven (Millie Bobby Brown). Mientras que en la segunda intentaron mantener la intriga con algunos destellos cómicos que no terminó por concretarse.

Aunque la tercera entrega no genera la tensión que la persecución del demagorgon provocó en la pandilla en 2016 y más allá de provocar taquicardia con el ritmo narrativo, ésta nos estruja el corazón con una historia sumamente emotiva.

Después de permanecer aislada por meses, Eleven escapó de la cabaña en la que vivía con su padre adoptivo Jim Hopper (David Harbour) para cerrar el portal y liberar a Hawkins de los monstruos del Upside Down. Sin embargo, el gobierno ruso encontró la manera de abrirlo nuevamente poniendo en riesgo a todos los habitantes de la ciudad de Texas.

Durante este segundo encuentro con las criaturas del mundo paralelo, se unen nuevos miembros a las fuerzas del círculo de amigos de Eleven. Además, algunos de los personajes secundarios de la segunda temporada, como Max y su hermano Billy, incrementan su protagonismo en la historia. Ambos cambios en la entrañable pandilla no opacan a los personajes tradicionales, por el contrario: logran generar un vínculo tan fuerte como en su momento lo hicieron Steve, con su empatía y madurez, o Dustin, con su inocencia.

La tercera temporada arranca con la introducción de nuevos personajes, como Erica, la hermana pequeña de Lucas y la compañera de trabajo de Steven, Robin. Además, conocemos cómo los pequeños han evolucionado a lo largo de los años, sus nuevos intereses, la forma de relacionarse y los cambios físicos que implica la pubertad.

Desde los primeros capítulos, los hermanos Duffer demuestran que el ritmo de la historia será mucho más lento, pero con una inmersión mucho más profunda en la historia personal de cada uno de los personajes. Aunque cada uno de ellos lidia con sus propios monstruos e inseguridades, todos sufren la transición de la niñez a la adolescencia.

Ese retrato del periodo en el que los ahora adolescentes se encuentran en búsqueda de identidad, es una de las principales joyas de esta tercera entrega. Esta etapa es representada de tal manera que puede ser del agrado de diferentes públicos y generaciones. Por un lado, los jovencitos que estén viviendo esa etapa se sentirán directamente identificados y, por el otro, a aquellos que dedicaron canciones como «Can’t Fight This Feeling« tras vivir su primer amor en los años 80, les llegará directo a la nostalgia.

Además, sin importar la edad, es un viaje en el tiempo para todos aquellos que, al recibir su primer beso, no podían describir si fue malo o no. También recordarán la falta de control de celos y emociones que experimentaron por primera vez y el apoyo incondicional de los amigos tras la primera ruptura amorosa. Ellos, cabe destacar, tampoco tuvieron las mejores palabras por ser tan inexpertos como el enamorado.

Por otro lado, el ambiente ochentero sigue estando presente con la música y referencias a la cultura pop del momento. Sin embargo, esta vez la carga de comerciales es tan excesiva que, por momentos, llega a interrumpir el ritmo narrativo. No sólo hay una constante repetición de logos de marcas de ropa, comida y bebidas, sino que incluso el product placement es descarado: ¡dedican diálogos para decir que Coca-Cola es una excelente marca! 

Sin embargo, entre los tropiezos de esta entrega este último es el menor. A pesar de que la idea de involucrar los intereses del gobierno ruso en la apertura del portal aporta destellos de realidad, la idea no se explora lo suficiente. Al ser la raíz del principal nodo de la historia, merecía mayor detalle, razones y explicación de algunos acontecimientos que se dejaron en segundo plano y dejaron algunos vacíos en el relato.

No obstante, a pesar de los vacíos e interrupciones narrativas, el capítulo final y algunas ingeniosas técnicas estéticas sorpresivas para envolver al espectador –como los efectos estroboscópicos–, esta tercera entrega de una de las series favoritas de Netflix sale a flote. 

Fuente: Cinepremiere

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