Ubicada en Coyoacán, la Casa Azul no sólo es un ícono de la Ciudad de México, sino de la cultura popular. Su particular diseño arquitectónico y la colección de objetos personales de Frida Kahlo, han hecho que esta sea uno de los puntos más visitados por turistas y locales.
Pero, ¿quién construyó esta casa? A pesar de que la familia de la famosa pintora, Frida y Diego habitaron dicha casona, la construcción inicial no tenía el aspecto que tiene hoy en día.
Aunque muchos creerían que Frida Kahlo y su esposo Diego Rivera fueron quienes idearon el diseño de la Casa Azul, en realidad fue el padre de la artista, Guillermo Kahlo, quien en 1904 decidió comenzar con la construcción de la Casa Azul en la calle de Londres 247, en Coyoacán.
Reconocido fotógrafo húngaro-alemán, el padre de Frida concibió la casa inicial con los requerimientos arquitectónicos de la época: un patio central con los cuartos a las orillas y una fachada con estilo francés, lo que se conoce hoy en día como estilo colonial.
Con un terreno de 1,200 metros cuadrados, esta primera construcción consistía en la casa de la familia con ligeros desniveles interiores (y en la cual nació Frida en 1907), además de los patios de descanso.
Durante los años treinta, la Casa Azul sufrió una serie de modificaciones, de acuerdo con las necesidades y gustos de Frida y Diego.
La primera, fue la adquisición de lo que hoy es el jardín en 1937, para luego comisionar a famoso arquitecto Juan O'Gorman en 1946 para construir el estudio de Frida, donde pasaba gran parte de su tiempo.
Asimismo, la pareja se encargó de darle a esta casa un estilo muy particular, con colores intensos y una decoración artesanal, gracias a su admiración por las culturas populares de México.
Frida Kahlo vivió en la Casa Azul hasta su último día en 1954; sin embargo, tras la muerte de Diego Rivera, ésta se convirtió en el Museo Frida Kahlo en 1958, con el fin de dar a conocer la vida y obra de la artista.
En esta casona no solo se hospedaron grandes personalidades que convivieron con Diego y Frida, como León Trotsky, Henry Moore, Remedios Varo y André Bretón, sino que conserva una impresionante colección de objetos personales y obras de ambos artistas.
Actualmente, la construcción de la Casa Azul gira alrededor del patio: las habitaciones ubicadas a los costados del terreno consolidan la construcción completa de la casa.
Mientras que la cocina conserva la decoración original de la familia, con colores chillantes, con ollas y cazuelas colgadas de los muros y las estufas a base de carbón, las habitaciones han sufrido algunas modificaciones para mostrar la obra de Frida.
Sin embargo, la recámara de Frida Kahlo y el estudio-taller se conservan casi intactos, con piezas como la cama con dosel y el espejo en donde pintó la mayoría de sus autorretratos. Así, esta casa no solo es un legado de su obra hoy en día, sino de la cultura mexicana.
Fuente: AD