AutoCosmos informa que si les hablo de Czinger no entenderán nada. Pero después de esta nota, de seguro querrán seguir los pasos de este fabricante, uno más de los varios que han intentado hacerse un nombre en el circuito de los autos de producción limitada, muy exóticos y que apuntan obviamente a ofrecer una experiencia distinta a la que Porsche, Lamborghini, Ferrari, Koenigsegg o Pagani pueden entregar.
De partida, el Czinger C21 es el proyecto de Kevin Czinger, un empresario norteamericano que se hizo hace algún tiempo conocido por el Divergent Blade, un prototipo para probar la manufactura de piezas con impresión 3D.
¿A que apunta Czinger?
En un principio, antes de comenzar con Divergent, quiso experimentar con autos eléctricos, creando la marca Coda. Pero como le fue mal, apuntó a otro proceso ecológico y que podría ser mucho más beneficioso que la propulsión, que es el método de construcción de un auto. Para aquello, se le ocurrió pensar en la impresión 3D y creó un estilo modular de fabricación, que el mismo compara con los dispositivos Arduino que se usan para inventar circuitos de programación. El sistema comprende "nodos" de aluminio impresos en 3D, los cuales se acoplan con tubos de fibra de carbono y que pueden sustentar estructuras de fibra igualmente. El resultado es muy sólido, muy fácil de armar y que además pesa muchísimo menos que un chasis convencional. De hecho, la estructura principal del Blade apenas pesaba 46 kilos.
Esta filosofía es la que se aplica al C21, un deportivo híbrido, con una cabina biplaza en configuración tándem (como un jet) y que pretende revolucionar la fabricación automotriz, aunque claro, esta declaración la escuchamos al menos una vez al año.
¿Qué motor tiene? ¿Aceleración? ¿Precios?
No. Nada. Czinger solo nos deja con un video teaser y la invitación a ver el destape en Ginebra, donde sabremos más de este supercar especial y que tal se equipara a los exoticos de Koenigsegg o Hennessey.