Bugatti Chiron Sport, el más rápido y poderoso del mundo

Por  Staff Puebla On Line | Publicado el 13-10-2019

AutoCosmos informa que antes de partir hacia el Autoshow de Frankfurt, me confirmaron una entrevista con Stefan Ellrot, Director de Desarrollo de Bugatti, la razón, platicar acerca del nuevo récord recién establecido por la marca.

Días antes, Bugatti había superado la barrera de las 300 millas por hora (304.773 mph para ser precisos) o 490.484 km/h en un Chiron Super Sport+, básicamente se trata de un Chiron Sport con modificaciones menores, principalmente aerodinámicas para reducir el arrastre y así poder conseguir esas velocidades.

Al terminar la entrevista, y en unos cuantos segundos de charla informal, el sueño se había confirmado. Tenía cita para conocer las oficinas centrales, la manufactura artesanal y por si no fuera ya una excelente noticia, manejar un Bugatti Chiron Sport.

Ese día ya estaba en Munich, por lo que llegar a Molsheim, Francia significaba un recorrido de al menos 4 horas (habría manejado el doble de ser necesario). Luego de un par de indicaciones equivocadas por parte del navegador casi al final, llegamos al lugar, 10 am en punto, como habíamos acordado, no es que me desbordara la emoción, sino más bien fue para que no se diga que los mexicanos somos impuntuales.

Al cruzar la puerta automatizada, un edificio ultramoderno de acero y cristal a la derecha, donde fabrican a mano cada Bugatti, y a la izquierda, una escena completamente atípica tratándose de las oficinas de un fabricante de autos. Construcciones antiguas, jardines y al centro la famosa casa de estilo clásico francés que vemos en todas fotografías, en donde Ettore y su familia vieron florecer su empresa.

En uno de los edificios contiguos, en donde los clientes personalizan cada detalle de su nuevo Bugatti ya me esperaba el piloto Andy Wallace, el piloto del récord de velocidad que comentaba anteriormente, para explicarme el Chiron y luego acompañarme a manejarlo.

El Bugatti Chiron Sport

El Chiron debutó en 2016 como sucesor del mítico Veyron, su nada fácil misión, superar a su predecesor, cuyas credenciales habían salido directamente de la cabeza de Ferdinand, lo habían convertido en el auto de producción más potente, costoso y por supuesto; rápido del mundo. En 2018, la marca hizo algunas mejoras en suspensión, dirección y rebajó ligeramente el peso y el hiper deportivo, pasó a denominarse Chiron Sport.

El nombre del modelo, es en honor a Louis Alexandre Chiron, piloto de Bugatti durante las décadas de 1920 y 1930, y quien de acuerdo con la marca, ha sido el mejor de su historia.

Nada puede ser demasiado hermoso, nada puede ser demasiado costoso, ese es el lema con el que Bugatti desarrolla sus productos. Y cuando ves de cerca un Chiron, no puedes más que aceptar que lo cumplen a cabalidad.

Para el diseño del Chiron, se tomó como inspiración al Bugatti Type 57SC Atlantic, una creación en los 30 del genial Jean, hijo de Ettore. Las formas son fluidas y muy armónicas, es un deportivo elegante y bien proporcionado.

Destaca el trazo en forma de elipse que nace en el poste A, y empieza a bajar más allá de la puerta, para regresar hasta la base de la salpicadera es un sello distintivo que ha utilizado Bugatti a lo largo de su historia.

Dicha forma que también es muy notoria en el interior del auto, y funciona como división entre los pasajeros se puede ver incluso, en la firma del fundador de la marca.

La suave nervadura que nace en la parte superior de la parrilla, atraviesa por el toldo y se va acentuando hasta convertirse en un estilizado y enorme travesaño que pasa por arriba del motor y se desvanece nuevamente en el alerón posterior y es también una clara alusión al Atlantic que al ser de aluminio requería esa gran costilla central para remachar los paneles de la carrocería, ya que en la época no se contaba con la tecnología para soldarlos o pegarlos.

Por su parte, la parrilla en forma de herradura, es un recordatorio de cuan fanático de los caballos era Ettore y es también un símbolo presente en todos los autos de la marca. Por último, la parte trasera rompe un poco con el resto del conjunto, se ve más agresiva debido a que se compone básicamente de unas gigantes salidas de aire seccionadas por una alargada línea de LED que va de lado a lado.

Corazón de 1,500 caballos de fuerza

Detrás de los asientos se sitúa un exótico y poderoso motor de dieciséis cilindros en W de 8.0 litros de desplazamiento que se vale de un arreglo de cuatro turbos para entregar la friolera de 1,500 hp y 1,180 lb-pie de torque que son gestionados por una rapidísima transmisión de doble clutch y siete velocidades. La tracción, es a las cuatro ruedas.

Siguiendo con los datos interesantes, los turbos son secuenciales, es decir; que los primeros dos entran en acción a bajo régimen, mientras que el par restante lo hace en la parte alta para garantizar una explosiva pero muy consistente y lineal entrega de par en toda la banda de revoluciones.

Este gigantesco propulsor necesita 10 radiadores y su bomba de agua es capaz de enviar 757 litros de agua por minuto cuando trabaja a su máxima capacidad.

Prestaciones de otro mundo

De acuerdo con Bugatti, el Chiron es capaz de hacer el 0 – 100 km/h en 2.4 segundos, el 0 – 200 km/h en 6.1 segundos, 0 – 300 km/h en 13.1 segundos y el 0 – 400 km/h en 36.2 segundos. Para acabar pronto, es exageradamente rápido, aun cuando pesa 1,995 kilos.

Y evidentemente con tales capacidades de aceleración, debía tener un sistema de frenos que estuviera a la altura de las necesidades. Razón por la cual, los ingenieros de la marca lo dotaron con un sistema de Frenos carbono – cerámico con discos de 420 mm con pinzas de 8 pistones adelante y 400 mm con mordazas de 6 émbolos atrás.

Dicho sistema le permite frenar de los 100 km/h en apenas 31.4 metros, de los 200 km/h en 114 metros, de los 300 km/h en 247 metros y de los 400 km/h en 491 metros.

Minimalista y lujoso

Puertas adentro, todo está forrado en cuero de calidad soberbia por cierto, o bien, es de un aluminio que pareciera haber sido esculpido y no maquinado, hay pocas decoraciones y botones, incluso en una primera impresión podría parecer austero. Sin embargo; la idea precisamente es que sea minimalista y atemporal.

Las formas son dramáticas y el interior genera una atmósfera de extravagancia que hace suponer, que la idea era crear arte o una escultura, antes que el interior de un auto.

Incluso si no pones atención en el hecho de que los cuatro grandes botones circulares en el tablero tienen un display al centro, o bien; que el clúster de instrumentos tiene pantallas de cada lado del velocímetro, bien podría parecer el interior de un auto de los 1930 o 1940.

No hay una pantalla central en el tablero, esas tecnologías se hacen viejas rápidamente y un Bugatti tiene que permanecer vigente durante mucho más tiempo que un auto convencional.

Evidentemente cuenta con navegador, un equipo de audio hi-end, climatizador, y demás amenidades que todo auto de lujo debe ofrecer.

Por cierto, es bastante más amplio y cómodo de lo que piensas cuando se habla de autos deportivos muy prestacionales.

Manejo que no deja de impresionar

Luego de que Andy llevara el Chiron Sport durante varios minutos para explicarme detalles generales de funcionamiento, por fin, fue mi turno para ponerme detrás del volante.

Es una combinación de emociones, por un lado; alegría, curiosidad y entusiasmo, por otro; respeto y miedo, y es que manejar un auto cuyo precio inicia en 2.5 millones de euros claro que intimida. Un descuido, mal cálculo o algo incluso fuera de tu control, una llanta ponchada de otro coche, un perro, podrían terminar en un incidente de mucho dinero. Y creo que ni empeñando mis riñones y corneas podría pagar una reparación de un Bugatti.

Empezamos con unos caminos secundarios de baja velocidad, el ronroneo del motor es tranquilo, a bajo régimen no parecer ser la bestia que es, deja tener conversaciones sin necesidad de subir la voz, la suspensión es relativamente suave, no es un Rolls Royce Phantom, pero está lejos de ser tan ríspida y dura como la de un Porsche 911 GT3.

¿Turbolag? ¿qué es eso? El Chiron responde a la más mínima insinuación del pedal del acelerador, siempre hay torque, y cuando digo siempre, es porque verdad, puedes dejar caer el tacómetro a dos mil vueltas en séptima y al presionar el acelerador, la reacción es instantánea y contundente.

Al salir a la autopista, seguíamos en Francia, es decir; no eran las autobahns alemanas sin límite de velocidad y segundo problema, había más tránsito del conveniente para acelerar demasiado, aun así, cualquier espacio por pequeño que parezca es suficiente para que el Chiron supere los 200 km/h.

Al acelerar, el rugido del motor se hace presente, pero jamás llega a ser siquiera molesto, al contrario, es adictivo y la nota es grave. Por su parte, cuando dejas de acelerar se produce un agudo sonido provocado por las válvulas de alivio, esa sinfonía que tu controlas al presionar y soltar el pedal del acelerador te va envolviendo e hipnotizando poco a poco. ¡Larga vida a motores de combustión de alto rendimiento como este!

Al salir de la autopista, regresamos a una ruta de caminos secundarios de ida y vuelta, ahí Andy que domina las inmediaciones de las oficinas centrales de Bugatti me indicaba en qué caminos podía acelerar a fondo y así comprobar las brutales aceleraciones que es capaz de lograr el Chiron.

Él rebajaba los cambios para que yo solo mirara el camino y presionara el acelerador, en una dinámica que realizamos unas cuatro o cinco veces, los espacios eran pequeñas rectas en las que pude comprobar el bestial poder de este hiper deportivo.

La primera sensación es muy similar a la que produce un Tesla Model P100D, que empuja brutalmente, pero conforme pasamos de los primeros 100 km/h decae poco a poco. Por el contrario, en el Bugatti Chiron Sport esa sensación permanece igual sin importar si se trata de 100 a 200, a 300 km/h o más, nunca deja de acelerar de esa manera tan impresionante que sientes que tu estómago se quedó varios kilómetros atrás.

Pero todavía más impresionante que la capacidad de aceleración, es el grip mecánico que tiene el coche, aun rebajando a primera y parándote en el acelerador, no es necesario que el control de tracción se active, las llantas tan anchas, la eficiencia del AWD permanente e incluso la masa del Chiron hacen el trabajo tan bien que pone las 1,180 lb de torque con total eficiencia en el piso.

En los pequeños displays que están al centro de los cuatro botones circulares del tablero, el Chiron muestra hasta arriba, la cantidad máxima de potencia que has utilizado en ese trayecto, abajo, la velocidad máxima que has conseguido, el siguiente, el régimen de giro máximo que ha alcanzado el motor y por último, las fuerzas G.

En mi caso, yo utilicé 1,366 hp, la máxima velocidad que logré fue de 270 km/h y el régimen máximo de giro fue de 6,596 rpm.

No tuve mucha oportunidad de comprobar la capacidad de curveo del Chiron, en las pocas que pude tomar a una velocidad más o menos representativa, la dirección se mostró muy rápida y precisa y el coche entra como si fuera en rieles, es increíblemente ágil considerando que se acerca a las dos toneladas.

Por último, los frenos, también son impresionantes, basta una buena frenada para llenarte de confianza, no importaría ir a los 420 km/h que puede ir el Chiron, sabes que se va a detener eficientemente siempre, una y otra vez.

Conclusión

En la plática que había tenido con Stefan Ellrot un par de días atrás, me comentó, que Bugatti no tiene competidores, siempre tiene representar lo extraordinario, lo insuperable, lo óptimo, en pocas palabras, situarse en la parte más alta de la industria. Y luego de manejar uno le creo.

El Bugatti Chiron es el auto más impresionante de la actualidad no solo por su capacidad de ir a 420 km/h (podría ir más rápido, extraoficialmente, a unos 460 km/h, pero está limitado para no correr riesgos innecesarios), hay otros autos en el mercado, muy pocos eso sí, que pueden llegar a esas velocidades, pero no pueden ofrecer al mismo tiempo, una calidad de marcha tan refinada, silenciosa y confortable. Y luego por supuesto, están temas como el diseño o la calidad de fabricación, que fusionan la más alta ingeniería con el arte.

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