De acuerdo con el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de E.U.A. (CDC), aquellos que han sido infectados con Zika no siempre tienen síntomas obvios. Aquellos que sí tienen síntomas suelen experimentar fiebres leves, sarpullidos, dolores musculares o de articulaciones, ojos rojos que arden o dolores de cabeza; similares a los que experimentamos cuando nos da gripa. La CDC alerta que los síntomas duran de varios días a una semana, sin embargo aquellos que han sido infectados usualmente no se sienten tan mal como para acudir a un doctor u hospital.
Si cualquier de los síntomas persiste tras algunos días, busca a un especialista de la salud para descartar una infección de Zika por medio de exámenes médicos y pruebas sanguíneas. En caso de que los resultados sean positivos, la CDC recomienda reposo, tomar mucho fluidos para prevenir la deshidratación, tomar un medicamento para reducir la fiebre y evitar viajar y tener relaciones sexuales.
Aunque la muerte por Zika es muy improbable, el virus se vuelve una amenaza cuando las personas no saben que han sido infectadas. Permanece en la sangre de la persona infectada durante aproximadamente una semana, y como la mayoría de las personas no saben que lo contrajeron, pueden contribuir a que el virus se siga expandiendo.
Repelentes contra insectos y evitar áreas infestadas son dos de los procedimientos más efectivos para prevenir la infección.