Apro reporta que casi una semana después de que el desabasto de gasolina afectó al menos a nueve estados de la República, incluidas las áreas metropolitanas de Monterrey y Guadalajara, Petróleos Mexicanos (Pemex) admitió la problemática y ofreció una costosa solución: incrementar el volumen de importaciones de emergencia de combustible.
Hasta este lunes, Pemex no había informado lo que sus diagnósticos internos reflejan: que además del desabasto de gasolina en la tercera parte del país, también hay escasez de gas natural y turbosina.
Desde el pasado martes, cuando la insuficiencia empezó a afectar la zona norte del país, Pemex emitió un comunicado regional atribuyendo la problemática a la cancelación de transporte por el poliducto Brownsville-Cadereyta, inactivo para evitar el robo de combustible a través de tomas clandestinas. También anunció que había un mantenimiento mayor en una planta de la refinería de esta última ciudad. Más o menos la misma explicación del desabasto nacional.
Documentos internos de Pemex Refinación obtenidos por Apro, demuestran que la explicación pública es falsa: los ductos del norte se han mantenido en operación, pero una serie de decisiones motivaron el desabasto que ahora se deberá resolver con importaciones de emergencia.
De la revisión del documento se puede observar que el origen del problema fue la baja producción en las refinerías de Cadereyta, Salamanca y Salina Cruz, provocada por tareas de mantenimiento. También se debió a la decisión de migrar el Sistema Integral de Información Comercial (SIIC), de la que depende la distribución de combustibles, a una nueva plataforma que se mantuvo inestable durante cinco días.
Y finalmente por las condiciones climáticas en el Pacífico que impidieron la descarga de combustible en la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR), de Manzanillo.