El 28 de enero de 1979, el papa Juan Pablo II inauguró en la ciudad de Puebla la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, que reunió a más de 400 jerarcas de la iglesia católica de todo el continente.
Ese día, cientos de miles de poblanos se arremolinaron en las calles para ver el paso de Karol Wojtyla por el zócalo de la ciudad y su recorrido hasta el Seminario Palafoxiano.
Algunos fieles aún recuerdan como la multitud y el pesado camión DINA que lo transportaban le impidieron ingresar al atrio de la catedral.
En Puebla, Juan Pablo II consagró a la virgen de Guadalupe, patrona de los mexicanos, como la guía evangelizadora de la iglesia en Latinoamérica.