Excélsior reporta que el registro de inventos y nuevas tecnologías desarrollados por universidades mexicanas ha crecido de manera constante en las últimas dos décadas. Sin embargo, aún representan un porcentaje mínimo de las solicitudes de patente presentadas en México, pues de un total de 15 mil 314, sólo mil 179 corresponden a instituciones de educación superior, lo que equivale a 7.6 por ciento.
Para la subdirectora de Patentes del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Emelia Hernández Priego, esta situación obedece, en parte, a que en las universidades no hay una cultura de registrar las investigaciones que tienen resultados benéficos para la sociedad.
“Debería haber materias de propiedad intelectual en las carreras científicas y en las ingenierías, pero no las hay. Pocas universidades les dicen a sus alumnos qué es una patente y las ventajas que tienen para los investigadores y para la sociedad”, refiere.
De las mil 179 solicitudes de patente con que cuenta el IMPI, 902 corresponden a universidades públicas, lo que equivale a 77 por ciento; asimismo, 277 provienen de universidades privadas, lo que representa 23 por ciento de los registros de inventos presentados ante las autoridades federales.
La institución de educación superior que más innovaciones patenta es la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que en el periodo 2009-2014 acumula 245 solicitudes. Muy de cerca, en segundo lugar, está el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, con 243 solicitudes. En la tercera posición está la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), que tiene 115 registros en los últimos seis años.
“Las estadísticas que tenemos señalan que sí hay mayor productividad, un mayor número de solicitudes de patentes de las universidades públicas”, señala Hernández Priego, quien destaca que el año pasado el Tec de Monterrey estuvo a la cabeza de solicitudes, incluso por arriba de la UNAM: “Esto no había ocurrido antes, siempre habían sido las universidades públicas las que estaban a la cabeza”.
En 2014, el presupuesto para educación superior y posgrado fue de 116 mil 862 millones de pesos. Adicionalmente, se destinaron 146 mil millones a las universidades públicas, así como 81 mil millones al Programa de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Sin embargo, pese a dicha inversión, el volumen de innovación es insuficiente, pues de las más de 15 mil patentes registradas en México, 90 por ciento son de empresas y científicos extranjeros y 10 por ciento de nacionales.
“Nuestro escenario ideal es que México no sea un país de manufactura, sino que realmente sea un país innovador; creo que sí hay potencial”, señala la subdirectora de Patentes del IMPI, quien refiere que el país debe aspirar a tener el mismo número de patentes que los extranjeros.
“Si vemos las estadísticas de hace diez años y las comparamos con las actuales, la cultura de las patentes se ha incrementado. Ya hay una visión de que la investigación puede tener un fin comercial. Es cierto: debe haber investigación básica, ningún país debe renunciar a ella, pero en México debe avanzar la idea de que la investigación también debe tener un fin comercial”.
Al preguntarle sobre casos de patentes de universidades mexicanas que ya sean un caso de éxito comercial, Hernández Priego admite que son pocos: “La transferencia de tecnología de universidades a empresas es un proceso que no está muy desarrollado en México. La vinculación entre universidades y empresas es algo que hay que fortalecer en el país para tener más casos de éxito y que sean comercializadas”.
—¿Y las empresas se acercan a los creadores universitarios? —se le pregunta.
—Un poco más que hace unos 10 o 15 años, pero no lo suficiente. Falta que la empresa haga innovación y se auxilie de las universidades. En la industria farmacéutica ya están haciendo innovación, pero sigue siendo insuficiente.
Respecto a las áreas tecnológicas donde las universidades públicas solicitan más patentes en primer lugar está “artículos de uso y consumo”, con un tercio del total; en segundo lugar está el área “química y metalurgia”, seguido por “técnicas industriales diversas”.
A su vez, las universidades privadas tienen más patentes en “artículos de uso y consumo”, seguido por “técnicas industriales diversas”, “química y metalurgia” y “física”.
Dentro de “artículos de uso y consumo” destacan los llamados productos A61, que son compuestos farmacéuticos, investigaciones médicas y veterinarias, así como artículos para higiene y cosméticos. En el área “química y metalurgia” destacan invenciones biotecnológicas, bioquímicas y anticuerpos.
Fuente: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2014/12/22/998985