Puebla, ocupa el segundo lugar nacional con más casos de trata de personas en el periodo de enero a mayo de 2014, solo después del Distrito Federal, de acuerdo a información de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra).
En sus estadísticas señala que en los primeros cinco meses del año la Procuraduría General de la República rescató en distintos operativos a un total de 11 víctimas en Puebla y a 16 en la capital del país.
Otros estados con más casos de víctimas liberadas son Tlaxcala, Tabasco y Baja California, con cinco cada uno.
En ese periodo la PGR rescató a 87 víctimas de bandas delictivas dedicadas a la trata de mujeres y de personas, de las cuales seis fueron en el extranjero (de personas de origen mexicano) y nueve más en los que no se precisa el lugar.
La Fiscalía indicó que la naturaleza del delito puede ocurrir en más de una entidad federativa, toda vez que las víctimas son trasladadas a diferentes estados.
“El lugar de los hechos no es propiamente un lugar sino un medio de comunicación impreso, electrónico, sitio de internet, entre otros; o en su caso, el lugar no proporcionado de forma específica”, señaló en su reporte.
La Procuraduría reportó que en el 2013 Puebla cerró también en la segunda posición con 20 personas rescatadas de bandas dedicadas a la trata de mujeres y de personas, apenas por debajo del Distrito Federal con 23 víctimas liberadas. El tercer lugar fue Tlaxcala con 10 personas rescatadas.
El año anterior en los operativos fueron liberadas 118 víctimas, entre mujeres y menores de edad, en su mayoría.
La PGR establece que el delito de trata es en el que se utiliza a las víctimas para explotarlas en la pornografía, prostitución, laboralmente o se abusa de ellas en otras formas.
Los más vulnerables son las mujeres, niñas, niños y adolescentes, así como las personas migrantes.
De acuerdo a las investigaciones de la PGR se ha encontrado que las víctimas de trata caen en manos de bandas delictivas a través de distintas maneras. Puede ser por el engaño, a través de ofertas de trabajo que pueden ser reales o simuladas, y hasta les firman contratos de trabajo que después no les cumplen; con promesas que van a ganar mucho dinero; que van casarse con ellas o las enamoran.
También suelen ser por la fuerza y esto es cuando las bandas delictivas secuestran a sus víctimas; las sustraen de su familia, o las privan de su libertad; y las compran.