La Asociación de Agencias Funerarias del Estado de Puebla reportó que 60 de 400 negocios (15%) quebraron en casi dos años, debido a que continúan sin lograr que se elimine la competencia desleal que paga a trabajadores de hospitales y ministerios públicos para que les reporten cuando hay algún fallecimiento.
El presidente de ese sector, Héctor Corona Cepeda, menciona que tanto en la capital como en el interior del estado se ha vuelto una práctica recurrente, la cual ayuntamientos y la Secretaría de Salud, que establece el manejo de los cadáveres, no han podido frenar.
Comenta que aun cuando los costos son similares en los servicios funerarios, las “cajoneras” como llaman a los negocios informales, aprovechan el momento de dolor de las familias para ofrecerles trámites exprés –de tres horas- con el apoyo de ministerios públicos.
Estima que por cada cuatro funerarias legales, hay una sin cumplir con las normas sanitarias para el embalsamiento de cuerpos, siendo en el interior del estado donde proliferan, principalmente cerca de las zonas carreteras, donde ocurren los accidentes.
Refiere que los empresarios informales trabajan en locales sin las condiciones exigidas por las autoridades, donde llevan a los cadáveres después de realizarse la autopsia de ley, que incluso trasladan en vehículos viejos que tampoco cumplen con los requisitos para dar el servicio.
Corona Cepeda expone que todavía en la ciudad hay respeto entre un negocio y otro, e incluso se ayudan, pero del 40% de sus afiliados en otros municipios, algunos han tenido bajas ventas o se vieron forzados a bajar la cortina.
Ahora Compiten En Calidad Y Trato Al Cliente
Puntualiza que en este sector se ha dejado de competir en precios, pues no hay mucha variación, ya que ahora se centran en ofrecer calidad y trato digno a los deudos, quienes en esta situación penosa son más vulnerables para aceptar cualquier trámite y aceptan sin darse la oportunidad de conocer a quienes están debidamente regulados.
“Tan sólo por la compra del lote en el panteón, dependiendo la ubicación, está entre 25,000 y 50,000 pesos, más otros 15,000 pesos por el servicio funerario, pero la competencia desleal ofrece paquetes hasta 30% más baratos, pues no pagan impuestos”, indicó.
Comenta que de cada diez decesos, al menos tres son realizados por funerarias llamadas también “cajoneras” que no están dadas de alta ante la autoridad fiscal, situación con la cual no pueden competir, sobre todo si hay quienes avisan de un caso a cambio de un pago que oscila va de los 300 a 600 pesos.
