Una familia que vacacionaba en una playa de Gales, Reino Unido, se vio sorprendida al saber que el objeto con el que habían estado jugando e incluso fotografiando a sus pequeños hijos era una bomba de la Segunda Guerra Mundial, relata el diario argentino El Clarín.

El padre, Gareth Gravell, publicó en Twitter una imagen de sus niños jugando en la playa al lado del artefacto explosivo arrastrado hasta la arena por la corriente marítima.

Cinco días después la familia se encontraba muy sorprendida al enterarse de que la playa en la que felizmente había pasado sus vacaciones había sido clausurada para detonar la mina de 70 años de antigüedad.

Pensamos que era una boya. Nos acercamos a ella porque los moluscos que tenía nos parecieron interesantes. Vimos que tenía una cadena e incluso hice una broma sobre que se trataba de una bomba, pero nunca imaginamos que en realidad se trataría de un explosivo. Fuimos muy afortunados de que nada nos pasara, estuvimos muy cerca del desastre”, dijo la madre a un portal local.