Semana dio a conocer que las autoridades chinas han decomisado miles de toneladas de carne congelada, la mayor parte podrida y vieja de más de 40 años, valorada en casi 500 millones de dólares, informó la prensa local este miércoles.
Más de 100.000 toneladas de alitas de pollo, carne de res y cerdo valoradas en 483 millones de dólares fue decomisada a una red de traficantes, según informa el diario China Daily.
"Olía tan mal que casi vomito cuando abrí la puerta", dijo un responsable de la provincia de Hunan, donde se decomisaron 800 toneladas.
Las autoridades han desmantelado 14 bandas de traficantes en todo el país en una operación que concluyó a mediados de junio.
Las reservas de carne provenían de "regiones fronterizas" con Vietnam, poco controladas, explicó una página oficial del gobierno provincial de Hunan.
Según la prensa estatal, los traficantes compraban la carne "muy barata" en el extranjero y la hacían transitar por Hong Kong y Vietnam antes de introducirla en China.
No obstante, la Administración General de Aduanas China no menciona el decomiso.
El análisis de la carne ha demostrado que algunas partidas tienen "más de 40 años", según responsables de Guangxi, una región limítrofe con Vietnam, asegura el diario.
Esto significa que originalmente fue empaquetada y congelada cuando el país estaba todavía bajo el régimen comunista fundado por Mao Zedong, quien falleció en 1976.
Para reducir costos, los traficantes suelen transportar la mercancía en coches ordinarios rompiendo la cadena del frío, para después volver a congelarla, explicó Yang Bo, director adjunto de la oficina de lucha contra el contrabando en la capital hunanesa de Changsha.
"La carne puede ser descongelada varias veces antes de que llegue al plato del consumidor", aseguró.
En China, las normas sanitarias no son muy exigentes ni tampoco se cumplen por lo que suelen ser frecuentes los escándalos de alimentos adulterados o en malas condiciones.
Uno de los más sonados se registró en el 2008, cuando se encontró melamina, un químico industrial, en productos lácteos. Seis bebés murieron y 300.000 personas enfermaron.