Con un concierto cargado de melancolía, Joaquín Sabina cerró el paso por México de la gira 500 noches para una crisis. Casi seis mil personas lo ovacionaron en el Auditorio Metropolitano de Puebla la noche del sábado. 

“Esta noche tiene un matiz un poquito melancólico porque es nuestro último concierto de nuestra gira por México. Les echaremos de menos. Muchas gracias por estar ahí siempre”, expresó el cantautor español, quien también confesó que este país es como su segunda casa e incluso algunas veces la siente como su primer hogar. 

El llamado Flaco de Úbeda celebra con este tour los primeros 15 años del disco 19 días y 500 noches, publicado en 1999, y que se convirtió en un clásico de su larga carrera como poeta, escritor, pintor e intérprete. 

“Ese año cumplí cuarenta y diez, tuve un ictus, luego tuve una depresión vulgar de esas que les pasa a todo el mundo y que yo creía que a los músicos no nos pasaba. Cambie un poco de vida. Aleje el pie del acelerador, deje de pasar la noche en los bares de la peor reputación del mundo. Abandoné un par de años la guitarra; en su lugar compré cuadernos y lápices y empecé a hacer garabatos… algunos de ellos los hemos puesto en estas pantallas… Ese año también me dejó una novia y ¿saben que hice?, me busqué una mejor”, expresó en uno de sus extensos diálogos con sus fieles seguidores, quienes lo miraban atentos y sin pestañear. 

El repertorio siguió al pie de la letra el orden de la citada placa discográfica: “Ahora que…”, “19 días y 500 noches”, “Una canción para la Magdalena”, “Donde habita el olvido”, “Dieguitos y Mafaldas”, “Más de cien mentiras”, “Y sin embargo te quiero”, “Tan joven y tan viejo”, “Ese no soy yo” y “La canción de los bueno borrachos”.