El Economista señala que cuando vemos a alguien servirse un vaso de agua del grifo en televisión solemos pensar en lo bueno que sería hacer lo mismo en la realidad. Sin embargo, la calidad ha sido el factor por el que preferimos comprar agua embotellada, lo que supone tanto un atentado contra el medio ambiente, por la basura generada, como contra su bolsillo.
Un litro de agua embotellada cuesta, en promedio, 1,000 veces más que 1 litro de agua potable del grifo, pues alrededor de 90% del costo corresponde al envase, tapa y etiqueta, de acuerdo con información de la UNESCO.
Por ello, la Condusef recomienda hacer uso de un filtro que purifique el agua corriente que llega a nuestros hogares. Sin embargo, ¿es factible beber del grifo con la ayuda de estos productos?
En el mercado existen varios tipos de filtros de agua de uso doméstico, con precios que varían respecto de las cualidades de cada producto, en un rango que va desde 400 hasta 17,000 pesos; el monto dependerá del medio filtrante que tenga el purificador, así que asegúrese de preguntar cuál contiene el que llama su atención:
Filtros de luz ultravioleta (5,000 – 17,000 pesos)
Purifican el agua en varias etapas: primero pasa por un filtro que retiene partículas en suspensión, posteriormente por uno de carbón activado que elimina olor, mal sabor, color del agua y que retiene el cloro existente. Por último, purifica con luz ultravioleta que calcina las bacterias. Su mantenimiento es costoso debido a que es indispensable cambiar los filtros y una lámpara ultravioleta, lo cual constituye un consumo adicional de electricidad.
Filtros de cápsula (500 – 2,000 pesos)
Son bacteriológicos, retienen sedimentos y químicos diluidos, así como materia orgánica, olores y sabores. Tienen un precio económico, requieren un mínimo de mantenimiento, necesitan lavarse cada tres meses, son desechables y deben sustituirse al término de su vida útil o capacidad de purificación.
Filtros de cerámica (400 – 1,500 pesos)
Tienen un costo bajo y su mantenimiento es sencillo, pero retienen únicamente materia en suspensión, como sedimentos y basura, y dejan pasar gérmenes y bacterias. No contienen ningún esterilizante y utilizan energía eléctrica para funcionar.
Purificadores de ozono (5,000 – 9,000 pesos)
Emplean el ozono como agente oxidante, que además es clarificador y desinfectante. Además eliminan las bacterias y los hongos más rápido que el cloro. El precio de este tipo de purificadores es elevado, requieren mantenimiento constante, instalación especial y energía eléctrica.