Desde la década de los 90, los beneficios de la carboxiterapia han sido utilizados en la industria estética para ayudar a la reducción de la celulitis y la flacidez. Hoy en día esta técnica en la que se emplea el dióxido de carbono, sirve para combatir los signos del envejecimiento y se espera que compita directamente con el botox.

En un principio, esta técnica fue empleada por cardiólogos franceses en el tratamiento de diversos enfermos que relacionaban su padecimiento a la mala circulación sanguínea y a la acumulación de tejido adiposo. Aunque la ayuda del dióxido de carbono para fines estéticos se dio en Francia, fueron los doctores italianos De Bernardi y Berlotti los que iniciaron su comercialización. A partir de  1993, la universidad de Siena en Italia se ha dedicado a realizar diversos estudios clínicos que comprueben que la carboxiterapia es un método seguro en pacientes con problemas de celulitis y várices, además de que ayuda a mejorar los resultados en personas que se han sometido a la lipoescultura.

En cuanto a la utilización del CO2 en el rostro, éste permite que la piel adquiera una textura más firme y vaya desvaneciendo las arrugas en ojos, frente y cuello gracias a la estimulación del colágeno. Siendo una proteína localizada entre la epidermis y los músculos, el colágeno tiende a disminuir su producción a partir de los 30 años, y que combinado con el paso del tiempo, la exposición al sol y las expresiones constantes que realizamos con el rostro, hace que los tejidos se vayan debilitando y que la piel pierda su firmeza.



Con la ayuda de la carboxiterapia, los tejidos de la cara se renuevan gracias la introducción del gas, generando así una nueva producción de fibras colágenas y elásticas que hidratan a las células de dicha zona. El resultado está en la suavización de las líneas de expresión y una mejor apariencia a la epidermis. El procedimiento que es mínimamente invasivo, es aplicado de manera subcutánea por medio de una aguja que está conectada a un equipo que contiene el CO2, en donde se regula la velocidad y el flujo que se inyecta en cada zona de la cara.

La aplicación correcta del CO2, la piel recobrará luminosidad y permitirá la estimulación de fibras de colágeno. También se logra activar la micro circulación, oxigenación de la piel del rostro. Se ha descubierto que esta técnica antienvejecimiento sirve como barrera ante los efectos del clima, especialmente los producidos por el así u permite que una mejor absorción de las sustancias activas de alimentos y diversos tratamientos estéticos.