Ante la preocupación que le expresaron representantes de las principales compañías estadunidenses asentadas en México y afiliadas en la American Chamber, respecto de por qué aceptó ser candidato “de un partido corrupto”, José Antonio Meade respondió: “no hay partidos políticos corruptos, hay políticos corruptos y México necesita que los malos políticos estén en la cárcel”.

En su participación en la 101° Asamblea General de Socios 2018 de American Chamber, entre las preguntas de los socios se le hizo la siguiente: “¿Cuál es la estrategia, porque la marca del PRI es la marca que usted ha sufrido?” Ante ello, Meade respondió “No sirven las etiquetas, sino el deslinde de responsabilidades”. Insistió que su postura en contra de la corrupción lo hace “desde la tranquilidad de no estar involucrado en ningún escándalo, de no haber obtenido ni un peso al margen de la ley.  Soy honesto”.

- ¿De ganar la presidencia cómo dará seguimiento a las denuncias de corrupción de éste gobierno? ¿Cómo le pesa la loza de corrupción? - le insistieron.

- Sí se puede ser honesto. El combate a la corrupción indica modificaciones, por ejemplo hacer más fácil recuperar lo robado, darle autonomía al Ministerio Público, un Ministerio Público que llame a cuentas al que sea, incluido (el próximo) presidente, en este caso “Yo Mero”.

Por otra parte el ex secretario de Hacienda respondió a las inquietudes de los grandes consorcios estadounidenses respecto de cómo resolver el intercambio comercial, en caso de que se desintegre el Tratado de Libre Comercio.

Respondió que la relación bilateral no se realiza únicamente entre los gobiernos. “Todos los días hay diálogo entre funcionarios, gobernadores, migrantes y la comunidad de negocios”, dijo.

En ese contexto resaltó que la relación comercial “tiene que plantearse con claridad y dignidad, con la certeza de que hay un relación y hay más actores” que los negociadores y los propios presidentes.

También, cuestionado al respecto de cómo se blindaría el comercio y la inversión sin el TLC, respondió que México tendría “que doblar su apuesta en la apertura, inversión e incluso en la modernidad de los cruces fronterizos”.

Fuente: LAJORNADA