Excélsior informa que volvió el Barcelona a Europa, volvieron los de Ernesto Valverde a Wembley y el equipo recuperó la sonrisa y la efectividad y solventó su compromiso ante el Tottenham (2-4) con goles de Philippe Coutinho, Ivan Rakitic y un doblete de un magistral Leo Messi.
El Barcelona, después de tres encuentros sin conocer la victoria, se transformó al escuchar el himno de la Liga de Campeones y olvidó los malos resultados ligueros gracias a un arranque que desactivó por completo a los londinenses y en el que lo errores defensivos fueron tapados por su efectividad en el área rival.
Nada más pisar el césped de Wembley, escenario que les vio coronarse reyes de Europa en 1992 (en el campo ya derruido) y en 2011, los culés acallaron a las 90 mil almas y se adelantaron antes de que se cumpliera el segundo minuto de juego.
Leo Messi desarboló la línea defensiva del Tottenham con un pase en largo para Jordi Alba que, ante una mala salida de Hugo Lloris, cedió la pelota atrás para que Coutinho apareciese en la frontal. El brasileño controló y con el meta galo fuera de los palos, definió con tranquilidad junto al poste.
El gol dejó tocado a los de Pochettino que apenas reaccionaron al mazazo y que se llevaron otro contratiempo 25 minutos después.
Luis Suárez, inédito fuera de casa desde hace tres años en esta competición, embolsó con el pecho dentro del área, se la dejó a Coutinho, que sin margen de reacción la salvó como pudo enviando la pelota hacia la frontal. Ahí apareció Rakitic para, con un trallazo en suspensión, alojar el balón junto al palo derecho de Lloris, firmando el gol número 600 del Barcelona en la Copa de Europa.
La doble ventaja relajó a los de Valverde, que comenzaron a hacer de la posesión su mejor defensa y en las botas de Suárez y Messi estuvo la posibilidad de poner el tercero antes del descanso.
Solo tuvo que aparecer Marc André Ter Stegen para rechazar un centro colocado por Heung-Min Son.
El parón de 15 minutos precedió al show de Messi. En el escenario perfecto, el de Rosario se creció y enlazó dos jugadas calcadas marca de la casa que se estrellaron en el palo.
Dos acciones que fueron respondidas por Kane. El inglés aprovechó la primera que tuvo y recortó distancias. El '10' sacó el gran delantero que lleva dentro. Amagó dentro del área a Semedo y definió al palo largo, lejos del alcance de Ter Stegen.
El rugido de la grada no tardó en apagarlo Messi. Volvió a conectar con Alba en banda izquierda y el español se la devolvió al punto de penalti para que el rosarino, esta vez sí, la acomodase al palo derecho de Lloris.
Messi lanzó un beso a la cámara y lo celebró enfrente de los suyos en una esquina de Wembley. Pero aún no estaba sentenciado.
Otra vez los londinenses hicieron buena una ocasión aislada y Erik Lamela, desde la frontal, sacó un latigazo que golpeó en Clément Lenglet y se coló en la portería del Barcelona.
Le sobraban al Barcelona cinco minutos de partido, porque el escenario jugaba en contra suya y Wembley, pese a no ser la olla de otros templos ingleses, presiona lo suficiente como para que cinco minutos de sufrimiento parezcan 20.
Pero el ímpetu inglés fue castigado cuando un error infantil en defensa permitió que Alba, tras dejarla pasar de manera soberbia Suárez, se la colocara a Messi dentro del área, que solo tuvo que superar a Lloris para conseguir su quinto gol en Champions y el segundo de la noche.