En un futuro no muy lejano, en el año 2100, las intensas inundaciones han acabado con la vida terrestre; los seres humanos han abandonado el planeta, las ciudades han quedado sumergidas bajo el agua y los pocos sobrevivientes son las criaturas que habitan en las profundidades abisales de los mares y océanos. En este escenario desolador, un joven pulpo llamado Deep intenta salvar a sus amigos después del desastre ambiental. Para ello necesita del apoyo de sus dos amigos incondicionales: Evo, un retraído lophiiforme, y Alice, un camarón neurótico de aguas profundas.

Deep, el pulpo (2017), filme de animación dirigido por el joven cineasta español, Julio Soto Gurpide (My Beautiful Dacia, 2009), abre con una espectacular secuencia en la que se muestra el inicio de la destrucción del mundo mediante tormentas, inundaciones y montañas de basura. La aparición de peces fantasmagóricos  y de apariencia grotesca hacen que Deep comience una serie de aventuras para sobrevivir.

A primera vista, la película parece retomar la trama esencial de Buscando a Nemo (2003) y Buscando a Dory (2016), y sí, quizá hay una influencia de los filmes  de Pixar en el humor sutil e ingenuo, pero más allá de ser un relato de aventuras y búsquedas, Deep se sostiene a partir de una detallada y notable investigación sobre la vida marina.

Soto Gurpide, quien ha practicado el buceo durante 20 años, ha sido testigo de la constante extinción de las especies de los océanos; sus conocimientos, experiencias y preocupaciones sobre la pesca ilegal, la cantidad de plásticos que el ser humano arroja al mar se reflejan genuinamente en el diseño visual del atractivo universo que ha confeccionado y en su bienintencionado mensaje sobre el cuidado de los ecosistemas marinos.

Fuente: http://enfilme.com/