Hubo una vez una princesa Diana que fascinó al mundo al convertirse en la dulce y solidaria Lady Di. Ahora es otra princesa Diana la que llega desde un paraíso mitológico, la isla de Themyscira, dispuesta a conquistar un tendal de corazones plebeyos.

A esta Diana se la identifica mejor por el nombre de su alter ego, la Mujer Maravilla. La reconocemos en las fotos en pose guerrera, con su tiara y su uniforme de amazona, con una espada en una mano y un escudo en la otra. Mira a la distancia con orgullo, el cabello al viento, usa sus brazaletes dorados para rebotar las balas y un mágico lazo dorado con el que fuerza a sus oponentes a decir la verdad.

La Diana de esta generación, interpretada por la actriz israelí Gal Gadot, se parece en mucho a la que Lynda Carter dio vida en TV de 1975 a 1979. Bella, fuerte, justa, usando la violencia como último recurso, siempre tratando de hacer las cosas bien.

De la mano de DC Comics, Warner Bros. y la directora Patty Jenkins, la nueva Mujer Maravilla llega al cine asombrando a la prensa del mundo, que la llama “un logrado cóctel de inteligencia, corazón y adrenalina”. -pese a varias críticas que no son del todo auspiciosas-. No es poco tratándose de la primera película comandada por una heroína y dirigida por otra mujer.

Jenkins es la tercera directora a la que le han dado a manejar un presupuesto de más de 100 millones de dólares, y la primera en dirigir una megaproducción de superhéroes, en este caso de su heroína favorita, la que tenía pegada como poster en la pared de su dormitorio al crecer. Jenkins sabe cómo dirigir mujeres. Por su primera película, Monster: asesina en serie (2003), la protagonista Charlize Theron ganó un Oscar.

Fuente: https://www.clarin.com/