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Viernes, 26 Mayo 2017 18:47

Cuando Europa se vengó de los nazis en Bajo la arena

Por  Staff Puebla On Line

Adolfo Hitler y la Alemania nazi pasan a la historia como el monstruo bélico que quiso dominar Europa en la Segunda Guerra Mundial. Su locura provocó millones de muertes y un trauma permanente en la humanidad.

Pero, entre los oprimidos, no todos fueron víctimas inocentes. Cuando el Tercer Reich fue derrotado, y los Aliados retomaron el control del mundo, se desencadenaron algunas acciones de venganza que superaron, por mucho, las atrocidades de sus enemigos.

Bajo la arena (Under sandet, 2016) recuerda que la maldad es universal. Los oprimidos, que lloran cuando la bota les pisa el rostro, toman desquite cuando sus atormentadores son aniquilados. Los buenos y los malos intercambian bandos con facilidad.

La cinta echa luz sobre un capítulo poco conocido, ocurrido meses después del término de la Guerra.

 

Dinamarca colocó miles de minas en sus playas, para evitar que los ejércitos de Alemania los invadieran por el mar. Al firmarse la paz, miles de explosivos quedaron enterrados bajo la arena.

Para limpiar las costas, el Ejército danés empleó prisioneros de guerra alemanes, para que extrajeran los mortíferos dispositivos. El plan era perversamente ventajoso: si había detonación, se eliminaba un peligro y moría un soldado enemigo. Exponer a las minas a la basura germana, era una buena forma de conseguir que el planeta fuera un sitio más seguro.

La historia, escrita y dirigida por Martin Zandvliet, se concentra en un pequeño grupo de prisioneros, adolescentes todos ellos, ajenos a los horrores de la guerra, pero estigmatizados por su nacionalidad. Los pobres chicos, aterrorizados por la abrumadora encomienda, deben sobreponerse, primero, a los rigores del entrenamiento, que implica un riesgo mortal y, luego, a su salida al campo maldito.

Fuente: http://www.proceso.com.mx/

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