Fernando Maldonado
Cuando los integrantes del Movimiento Democrático Poblano miraron a los ojos al secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, supieron que las cartas estaban echadas: el ex candidato al gobierno de Puebla sería dirigente de ese partido.
Fue una tarde cuando Miguel Quiroz Corte y un grupo de militantes priistas fueron al vetusto edificio 2 de Insurgentes norte en el DF, a exigir consulta directa a la base como único mecanismo para renovar la dirigencia que a estas alturas, aún ostenta Alejandro Armenta.
De frente a Arnoldo Ochoa hicieron los peticionarios la solicitud que han repetido a quienes les escuchan en el territorio local. Pero por encima de las palabras que escucharon del interlocutor, percibieron una actitud que los llenó de sospecha.
Giraron sobre sus talones y emprendieron el regreso con una idea: el dedazo como forma única de designación del presidente priista.
No sorprenderá que de aquí a cuando llegue el momento en que el PRI emita la convocatoria que dibuje el método de elección del nuevo líder, Javier López Zavala vaya con paso firme al nuevo cargo de dirigente partidista.
No es buen presagio para quienes han demandado que sean los priistas quienes con su voto decidan el futuro de su partido, bajo una serie de argumentaciones, algunas de ellas traídas desde lo inaudito: xenofobia, racismo e intolerancia.
La larga lista contempla a ex legisladores locales y federales, secretarios de estado y miembros de otras dirigencias partidistas. La oposición en el PRI crece, es real y está decidida.
Las voces más sensatas han invocado al zavalismo como símbolo del fracaso y la derrota; que carece de talento para asumir una oposición inteligente frente a la nueva burbuja; que no puede ya haber continuidad del proyecto del primer priista en el aparato tricolor y que por tanto, no unifica a las distintas corrientes de ese partido.
Pero por encima de todo ello, los integrantes del Movimiento Democrático Poblano saben que la pelea no será fácil. Símil de la batalla de David contra Goliat, están dispuestos a jugársela. Comenzaron a dibujar sus escenarios y la moneda está en el aire. Ya se verá.