Fernando Maldonado
Contra todo pronóstico, pasando por encima de los más elementales códigos de ética y asepsia pública, ocho regidores partirán a París, Francia con todo pagado el 4 de octubre.
Ayer quedó cerrada la transacción para que los integrantes de un cabildo que ha dicho hasta el cansancio que el presupuesto es insuficiente para atender elementales carencias de una ciudad de las dimensiones de Puebla capital, se vayan de viaje a cuatro meses de cerrar el periodo gubernamental en la capital poblana.
El gobierno municipal dispuso de casi 49 mil dólares para pagar a los regidores viajeros un seminario que ni siquiera contempla entre sus actividades cómo hacer para que una familia de la junta auxiliar de Canoa que se mantiene con un dólar al día, tenga mejores expectativas de vida.
De acuerdo con el folleto de este Centro Latinoamericano de Estudios de Intercambio, el programa incluye temas como la gestión de recursos humanos en el Municipio; cooperación y desarrollo local en América Latina; concebir y producir la ciudad: una obra común; intermunicipalidad y eficiencia en los recursos públicos; gestión y participación ciudadana; políticas de educación en los gobiernos locales y marketing urbano.
Uno 670 mil pesos habrá costado la contratación de los ocho asientos para nuestros servidores públicos para asistir a este seminario titulado “Innovaciones en la gestión y desarrollo urbano municipal”, que tiene a un notable grupo de conferencistas, casi todos de origen francés.
Como si la sola palabra de los muy respetables ciudadanos franceses fueran a hacer la magia de convertir la paupérrima realidad de los menesterosos de las juntas auxiliares de la capital de Puebla en una opción viable de vida. Quién suponga que así será, comete uno de los pecados más condenables en estos días: el de la ingenuidad.
El gesto de este grupo de regidores por ocupar dinero que no es suyo en un viaje que a todas luces constituye en una especie de premio al desempeño en el ocaso del actual gobierno debe ser llamado por su nombre: es un abuso lleno de cinismo.
Ante un gesto de tal naturaleza debe ser entendida la actitud de René Sánchez Juárez, el coordinador de los regidores priistas que prefirió el silencio cómplice frente a un acto desmedido de sus compañeros. Lo suyo es nadar de a muertito para no hacer olas. Y lo hace bien.
Ayer el regidor Humberto Vázquez Arroyo y Enrique Chávez Astudillo dijeron que no van. “Los viajes ilustran”, ironizó uno de ellos.
Ya veremos el comportamiento de los otros grupos político ante un caso que llenará de escándalo la gestión municipal en la recta final.
Como dijeran los abuelos: para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo. Obvio: ya se cayeron.
En el sótano…
Tal vez sería bueno anotar el nombre del escritor Pedro Angel Palou para ser secretario en la próxima administración estatal. Sus detractores que lo tienen lo condenarán. Sus fieles lo aplaudirán. Ya veremos.