Fernando Maldonado
El lunes pasado el secretario de Seguridad Pública en el municipio de Puebla, Manuel Alonso García contó a los reporteros de la fuente una mentira que desde luego le resultaba conveniente y cómoda ante el adverso clima de opinión que prevalece en la capital sobre su desempeño profesional.
Podría decirse que ante la percepción de que la inseguridad es creciente y palpable en distintos ámbitos de la sociedad, no tuvo otro remedio que repetir una estadística que sugiere una reducción del 22 por ciento en el índice delictivo, que solo puede ser comprada como buena por oficiosos interlocutores.
No es el caso de Blanca Alcalá Ruiz, jefa del servidor público. Por ello estuvo en las oficinas del titular de seguridad. El ejemplo ilustra y ofende: fuera de control la corporación bajo su mando, el combate a los criminales de siete suelas operan al amparo de no pocos uniformados.
La visitante a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal sabe uno de los temas más sensibles de toda gestión pública es salvaguardar la seguridad patrimonial y física de los gobernados. Así lo hizo saber en cada momento, ante el panorama bucólico dibujado por el uniformado.
Fue un ejercicio inédito de interlocución entre la autoridad municipal y policías. Diálogo directo en el que la jefa de Manuel Alonso reiteró a los uniformados la necesidad de terminar con el activismo de asaltantes de a pie, que minan la credibilidad en la autoridad municipal.
Tan franco y directo resultó que la alcaldesa encaró a los policías con grados de jefes de sector y comandantes. Les habló fuerte para cerrar bien en el último tramo de la gestión. Palabras directas, duras. No habrá ni hay año de Hidalgo (chingue a su madre el que deje algo, dice la picaresca), les advirtió.
Los jalones de orejas se produjeron de manera sucesiva. Bajo el brazo, la presidenta llevaba un abultado expediente de agravios cometidos contra de ciudadanos que un día sí y al otro también, hacen lo suyo para la construcción de una ciudad más habitable.
De todo eso no habló el jefe policiaco. Mucho menos lo haría de un conato de paro de labores que la jefa del gobierno municipal pescó al vuelo, y puso remedio a tiempo. Con esa carta llega la presidenta municipal de la capital poblana a la IV sesión ordinaria de la Conferencia Nacional de Seguridad Pública Municipal (CNSPM) que hoy se lleva a cabo en la ciudad de México. Como integrante del órgano rector, la alcaldesa defenderá la importancia de los gobiernos locales en la lucha contra la delincuencia, por lo que pedirá que los municipios sean considerados instancias de coordinación y no de subordinación.
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