Fernando Maldonado
Empeñada en dejar la casa en orden y en que la jauría deje de perseguirla más allá del cargo para el que protestó, la presidenta municipal de Puebla capital, Blanca Alcalá Ruiz comienza a mover un engranaje que podría ser interpretado como el blindaje al activo de un partido político que se resiste a dejar de ser.
Es por ello que ha desplegado una movilización a través de sus operadores que no se había advertido ni cuando recién asumió el papel que desempeña, como la primera mujer en gobernar la ciudad más importante del sur-sureste del país.
Es en esa lógica que hay que entender el taller que la semana pasada ofreció a los servidores públicos del ámbito municipal el salinista Otto Granados Roldán, ex gobernador de Aguascalientes.
El ahora propietario de la Consultoría Asuntos Públicos fue director general de Comunicación Social durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, el mandatario que profundizó las políticas públicas que desmantelaron el estado tutelar.
Con más oficio para la jerga política que para los medios, apoyo su trabajo desde la oficina en Los Pinos en tres profesionales del área: José Carreño Carlón, Miguel López Azuara y Héctor Cervera.
No es el único consultor en ser contratado por la presidenta municipal de Puebla. De ello sabe el coordinador de Políticas Públicas de la alcaldesa, Héctor Hernández, que previo al fin de semana cerró trato con otro asesor en la materia, cuyo rigor y eficacia está fuera de toda duda.
No solo el equipo institucional decidió mover el aparato con propósitos ulteriores. Experimentados activistas políticos, la mayoría de ellos en el afecto de la primera edil a quienes se las ha podría definir como “secretarios sin cartera” han hecho lo propio en las últimas semanas.
Podría decirse sin aventurar una respuesta cierta que si no fuera por el empeño mostrado en aplicar orden y sistema a la gestión, el pronunciamiento aquél de Alcalá Ruiz de que ya es hora de que una mujer sea presidente del PRI, desató el activismo palpable desde hace por lo menos tres semanas.
El aparato parece buscar blindar a una formal aspirante a suceder a Alejandro Armenta Mier.
No debemos esperar sin embargo la ratificación del escenario previsto o previsible. Forma parte de la clase política negar cualquier suerte de futurismo, no por temor a la pira de la hoguera, sino porque en las reglas no escritas del poder, el que se mueve no sale en la foto.
En el sótano…
Mi apoyo y solidaridad con el gremio de comunicadores por la marcha del silencio organizada el sábado pasado para exigir a las autoridades responsables garantías para el ejercicio periodístico.
Sin embargo tengo mis reservas. Hace tiempo que en el ámbito federal, estatal y municipal perdieron el decoro y la vergüenza ante reclamos legítimos de ciudadanos organizados que demandan el cumplimiento mínimo de los deberes consignados en la ley.
Queda como instrumento la fuerza del pensamiento crítico e inteligente a través del trabajo periodístico para hacer patente que desde los medios enfrentamos al poder político, económico, clerical, y ahora el de la mafia.
No hay que perder de vista que las audiencias son nuestras, una divisa de la que todos ellos adolecen.
Un gesto que hay que valorar es el del alcalde electo, Eduardo Rivera Pérez que ayer domingo paseó con su familia completa por el parque Africam Safari.
Sin el ostentoso aparato de seguridad ni desplantes de arrogancia como se distingue a otros ex ediles, el próximo gobernante de la ciudad se internó entre la muchedumbre sin aspavientos. Amy Camacho, directora de ese espacio de diversión acompañaba a la familia.
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