Fernando Maldonado
La militancia en el Partido Acción Nacional parece dispuesta a cobrar caro el entreguismo de la dirigencia partidaria a un proyecto político encabezado por el abanderado Rafael Moreno Valle Rosas, que no termina de convencer.
Por lo menos esa fue la lectura más recurrente cuando este sábado tuvo que ser cancelado por segunda ocasión consecutiva la sesión del consejo estatal ante la falta de quórum legal.
Los consejeros no perdonan la incorporación de un proyecto sin definición ideológica, evidentemente ausente de la doctrina que sirvió de estandarte histórico del panismo en las luchas contra el priismo más rancio en este país.
No se trata de un asunto de rutina por que el máximo órgano de dirección en el albiazul es el único facultado para aprobar el paquete presupuestal para este 2010, en que también estaba incluido el dinero que de manera extraordinaria envió el Comité Ejecutivo Nacional para financiar los gastos de campaña.
La molestia tiene distintas expresiones y orígenes. Tal vez la más señala sea la timo al que no pocos abanderados suponen fueron llevados por la propia dirigencia para privilegiar al abanderado que también lleva las siglas del PRD, Convergencia y Nueva Alianza.
La nueva cancelación del consejo estatal este domingo pone en un riesgo jurídico y político al dirigente panista, Juan Carlos Mondragón Quintana a quien señalan como el principal responsable de una mañosa orientación de las prerrogativas, con la clara intención de favorecer a Rafael Moreno Valle Rosas.
Una muestra de la manipulación de los recursos públicos que en forma cuantiosa han sido entregados al abanderado a gobernador por la coalición “Compromiso por Puebla” es la inconformidad que de manera discreta en unos casos, y sonora en otros, ha despertado en candidatos a alcaldías del interior del estado.
Muchos de ellos, militantes históricos fraguados en la lucha desde la oposición en distintas tareas partidistas en sus demarcaciones consiguieron una candidatura en sentido inverso al criterio de las cúpulas que entregan esas posiciones como parte de los privilegios que se dispensan a incondicionales.
Fuera de la burbuja privilegiada y del grupo dominante han recibido para financiar su causa, que es la misma del proyecto que encabeza el PAN, apenas 50 mil pesos.
La repulsa parece alcanzar dimensiones históricas ya que nunca antes se habían registrado tales niveles de enojo y frustración.
En el sótano…
A las 18 horas de ayer me fue revelado el resultado parcial de una encuesta de salida de la elección para presidente municipal en Mérida, Yucatán.
El indicador ya para entonces, dos horas antes de que el código electoral del estado peninsular permitiera conocer resultado de ejercicios demoscópicos, marcaban 51 por ciento a favor del PRI y 37 por Acción Nacional.
No se trata de una victoria fácil para el PRI y menos aún, de una pérdida sobre la cual el partido en el gobierno federal y quien ha ocupado la alcaldía de la ciudad blanca deba fincar un pronóstico general en la elección en 14 estados de la República, este año.
Pero el eventual triunfo de un partido y la caída de otro en un municipio gobernado casi por 20 años por el blanquiazul, desde que la aguerrida ex panista Ana Rosa Payán consiguió el triunfo en 1990, parece ser el más emblemático de los tropiezos del partido del presidente Felipe Calderón.
No solo Acción Nacional tiene que dolerse de una derrota en las urnas en la Península de Yucatán, como sucederá en Veracruz y Puebla, en donde compite con candidatos de dudosa reputación, ideología sin solidez y con ostensibles afanes por alcanzar el poder para ponerlo al servicio de Elba Esther Gordillo.