Fernando Maldonado
Cuando la presidenta municipal de Puebla apenas arribó a suelo mexicano procedente de un viaje de trabajo por Francia y Alemania, este jueves, se enteró de la salida de su coordinador de regidores, René Sánchez Juárez para ir detrás de un nuevo cargo en la campaña del candidato de la Alianza Puebla Avanza, Javier López Zavala.
En lo que parece ya una costumbre, mientras la jefa estaba ausente, uno de los hombres más cercanos a la alcaldesa, confirmó a los medios la versión que en esta columna ya se había anticipado: que su estancia en la estructura municipal llegaba a su fin.
Y se trata de una costumbre ya entre los hombres más cercanos a la primera regidora por que el molde ya había sido utilizado en al menos tres ocasiones por el todavía secretario de Desarrollo Social en el municipio, Víctor Manuel Giorgana.
Las formas y las atenciones parecen no formar parte en la conducta de los dos funcionarios que han buscado con insistencia su permanencia en espacios de poder y cercanos al dinero público.
Ambos funcionarios decidieron desplegar un activismo en favor de sus proyectos personales, aún a despecho de sus responsabilidades en sus respectivas tareas institucionales.
Más que la eficiencia en el desempeño profesional y la operación política para fortalecer el equipo que encabeza Blanca Alcalá, destacaron por el oportunismo para saltar a un cargo distinto, en menoscabo de quien jefatura el barco, que navega el último tramo de su recorrido trianual.
Sánchez Juárez fue un deficiente coordinador de los regidores del PRI. En la memoria está aún el papel desempeñado por dos de ellos, como Humberto Vázquez Arroyo y Enrique Chávez Estudillo, que en no pocas ocasiones consiguieron poner contra la pared al equipo de la alcaldesa.
La falta de operación del coordinador que cobrará su última quincena el 14 de abril, fecha en que está programada la sesión de cabildo, fue evidente en la víspera de la discusión del paquete presupuestal del ayuntamiento para el ejercicio fiscal 2010.
No solo no operó entre sus compañeros de bancada, sino que ni siquiera movió un dedo para persuadir a la oposición.
No fueron pocas las reuniones que encabezó personalmente la presidenta municipal en aras de sacar el proyecto con el mayor consenso posible, en el último año en que le tocará gobernar la ciudad, ya sin la compañía inexistente del líder eterno de la agrupación obrera Froc-Croc.