Balcanización priista

Fernando Maldonado

Acapulco, Guerrero.- Si de algo depende el futuro político de Javier López Zavala, el ex candidato priista al gobierno de Puebla, es de su desempeño como delegado especial del CEN del PRI en Guerrero, estado sumergido en una intensa batalla política por la renovación de los poderes públicos el próximo 30 de enero.

Los dos principales candidatos son el priista Manuel Añorve Baños, dela Alianza Tiempos Mejores para Guerrero, por un lado; por el otro, ex militante del PRI, Angel Aguirre Rivero, de la Coalición Guerrero nos une.

Ambos son priistas. El primero, ex alcalde interino del puerto turístico; el segundo, ex gobernador convertido al neo perredismo. De ambos, quien lleva la delantera en las tendencias lectorales según encuestas aún no divulgadas, es el ex gobernador guerrerense.

Según los estudios de opinión, Aguirre Rivero encabeza las preferencias con más de cinco puntos. Ese dato debe estar ya en manos del cuartel general de la campaña del priista Añorve Baños y en las manos del delegado especial, López Zavala.

De otra manera no podría ser entendible el escenario de balcanización política desatada en el priismo guerrerense. Y la lógica priista indica que la bomba estallada en las inmediaciones de la militancia pasó por las manos del jefe del zavalismo en Puebla.

Apenas la víspera la Comisión de Justicia Partidaria del PRI decidió la expulsión de 11 notables militantes. Entre ellos está el diputado federal Sofío Ramírez Hernández, seis legisladores locales y cuatro regidores.

El impacto de esta acción tuvo que haber sido meditada y medida en su justa dimensión. Y todo indica que las olas concéntricas no solo van a alcanzar el domingo 30 de enero en el estado de Guerrero, sino más allá: cuando el PRI de Humberto Moreira revise el desempeño de los aspirantes a una candidatura al Senado, entre quienes se puede contar al ex abanderado al gobierno poblano.

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