Fernando Maldonado
El panorama de la educación en México es de claroscuros. En amplias franjas de la República hay notables esfuerzos por terminar con los rezagos históricos en este renglón. En otros parece ser la omisión, el amiguismo y el compadrazgo el que ha prevalecido.
La referencia es obligada por el trabajo de investigación que realiza un grupo de estudiantes de la Universidad Iberomaericana campus Puebla, para el cual han pedido la opinión del reportero.
Contrasta en el terreno educativo que mientras el país no pueda sacudirse a la protectora de los aviadores disfrazados de maestros, como Elba Esther Gordillo y su camarilla, haya mentes lúcidas y comprometidas como la doctora Karen Kovacs, de origen Alemán, responsable para la implementación de un nuevo modelo educativo para un país tan rico y próspero que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación no han podido terminar con él.
Junto a Anabel Encinas, no solo se zambulle en la investigación, los retos y perspectivas que tiene el sector, sino que desde Londres, Inglaterra tienen un fuerte vínculo con Puebla. La primera vivió más de ocho años en Cholula; la segunda, es originaria de Tlatlauquitepec.
No son sin embargo las cartas credenciales con las que podría arribar la nueva administración.
Y nada tienen que ver con personajes grises y siniestros como Eric Lara de la sección 23, ó Cirilo Salas de la 51 del mismo gremio, dedicados a lucrar con la charola de secretarios seccionales del sindicato presuntamente defensor del profesorado de México, el verdadero.
La mediocridad ha seguido a los innovadores de la educación, auspiciados por doña perpetua, como Emilio Zebadúa el encantador de serpientes; o los aventureros que se ven en la embarcación de la alternancia poblana: Jacinto Herrera, operador del ex secretario de Educación en Puebla, Carlos Alberto Julián y Nácer.
No solo se trata de un caza chambas, sino que entre el personal de la Secretaría de Educación Pública con capacidad de memoria aún prevalece la idea de que un personaje oscuro como éste, traerá más problemas que soluciones, tal y como sucedió en el pasado.
Que se podría esperar de la incorporación de Leopoldo Eussa Dobiee, responsable de haber quebrantado técnicamente las finanzas del sector salud en tiempos pretéritos. Ya se frota las manos con su eventual regreso a la función pública, en el terreno de la educación.
Sobre la problemática del sector educativo, sus rezagos y vicisitudes hay historias interminables y bochornosas.
Un hilo conductor define esa penosa circunstancia: desde los tiempos del priato (exceptuando a Reyes Heroles y Limón Rojas) hasta nuestros días, los cargos en ese ámbito corresponden a premios de consolación para arribistas mediocres que poco o nada saben sobre los retos cotidianos de un maestro que enfrenta a su grupo escolar, ajeno al saqueo de todos los días.
En el sótano…
A propósito de saqueos, mientras ayer el Instituto Mexicano del Seguro Social enfrentaba una auténtica crisis mediática por le revelación del Gran Tribunal en el que se ha convertido Televisa por probables actos de corrupción, el delegado en Puebla, Francisco Fraile mataba la tarde desde la terrraza de lujoso restaurante de bulevar Atlixcáyotl.
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