Los malabares de Zavala

 Fernando Maldonado
 
A despecho del razonamiento que ha acompañado en las últimas horas al ex candidato al gobierno del estado de la Alianza Puebla Avanza, Javier López Zavala sobre la versión de su probable declinación, la única certeza que existe es que su candidatura a la dirigencia priista no está firme.
 
De otra manera no podría explicarse la reunión que la semana previa sostuvo el gobernador del estado, Mario Marín Torres y el dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), Emilio Gamboa Patrón en la entidad poblana.
 
Dos fuentes cercanísimas al Ejecutivo confirmaron la versión de este encuentro con el propósito de analizar a profundidad la viabilidad de apoyar las aspiraciones del aún hombre fuerte del marinismo, para suceder a Alejandro Armenta Mier en el edificio de la Diagonal Defensores de la República.
 
Conocida esta versión, el reportero cruzó la especie con el propio López Zavala que respondió: “no me ha llamado el Comité Ejecutivo Nacional, no me ha llamado el Gobernador y no me ha llamado mi partido”. Acusó de haber esparcido el rumor a quien se supone le promovió el voto en la zona metropolitana, su villano favorito: Enrique Doger, el acomodaticio y convenenciero rival del marinismo.
 
Un distinguido miembro de la dirigencia priista, integrante del Consejo Político y miembro del grupo legislativo del rebaño tricolor mantuvo sus reservas respecto de la probabilidad de la caída de las aspiraciones del ex abanderado tricolor.

Un fuerte impulsor de las aspiraciones del delfín (¿?) marinista y dirigente de la Confederación de Trabajadores de México, Leobardo Soto Martínez dijo ayer a este reportero que la postulación “se complicó un poquito”. En este nuevo escenario, habría una serie de consultas con ese propósito.
  
Habría que admitir que quien aventure un desenlace en el cada vez más resbaladizo proceso de renovación en la dirigencia se mueve en terreno pantanoso, incierto. Nada está escrito.
 
Y tan incierto es el proceso del que parece aún firme López Zavala, es que ayer corrió fuerte la versión de que el secretario de Desarrollo Social, Juan Carlos Lastiri se convertiría en el “plan B” en la carrera por la dirigencia priista. Nada más alejado de la realidad.
 
El funcionario recibió ayer la encomienda de su jefe, el gobernador del estado, de hacerse cargo de la coordinación de esfuerzos para llevar auxilio a los poblanos que han resultado lastimados por los embates de la naturaleza, sobre todo en las serranías poblanas.
 
Ajeno a las tribulaciones palaciegas, el titular de Sedeso dijo que desde que se supo de las secuelas de “Karl” se llevó a cabo el censo de viviendas afectadas para llevar apoyo a familias afecatadas, incluso antes de que la Federación haga lo propio.
 
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