Fernando Maldonado
La luna de miel que vive el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y el gobierno de la república está por ser opacada por la decisión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de gravar prestaciones de fin de año de un millón y medio de profesores, al final de 2010.
Empeñado como está el cachorro Felipe Calderón, Ernesto Cordero por obtener dinero al estilo del porfirista José Yves Limantour, hasta de las ventanas colocadas en casa, ya enseñó los dientes a los maestros del sistema de educación pública en el país.
La medida de recortar los salarios mediante un engañoso entramado legal que permitiría a las autoridades federales aplicar diversos gravámenes a las prestaciones de fin de año fue frenada en 2002 por el presidente Vicente Fox, que alcanzó a dilucidar el altísimo costo político que significaría enfrentar el enojo de una poderosísima Elba Esther Gordillo.
Lo mismo ha sucedido en el ámbito estatal. Los secretarios del ramo advirtieron del riesgo que supone enfrentar la reacción unánime del gremio más numeroso y poderoso de México.
Más que un asunto de pesos y centavos, en los círculos educativos de las 32 localidades asumen el riesgo como un tema de gobernabilidad. La paralización de los estados, y en consecuencia del país entero es el escenario menos deseable en el futuro inmediato.
Ante el inmovilismo de la dirigencia nacional del gremio de los mentores y el silencio oficioso del titular de la SEP federal, Alonso Lujambio, los titulares en los estados comenzarán este martes en la ciudad de México un esquema de negociación que frene arrebatos de los tecnócratas que despachan en Hacienda.
El de Puebla, Darío Carmona estará en el encuentro con funcionarios de la SHCP como portavoz de la asociación que aglutina a los responsables del ramo educativo en el país. El resultado, difícil de predecir, podría producirse en función de un acuerdo político de alto nivel.
Parece difícil imaginar a un Felipe Calderón en plena trama para alborotar al gremio con un propósito ulterior y a espaldas a Elba Esther Gordillo, la presidenta del SNTE. Ya se verá cuando en cuatro meses los maestros de este país ven en sus talonarios de fin de año los descuentos que impulsa con decisión el presidenciable del calderonismo y que despacha en la Secretaría de Hacienda. La trama contra el SNTE habría funcionado.
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