Fernando Maldonado
En un ejercicio de futurología sexenal, si un nombre hay que poner en uno de los cargos estratégicos para conceder un rasgo de viabilidad y certidumbre al gobierno de Rafael Moreno Valle, es el del diputado federal priista Ardelio Vargas Fosado.
En efecto, una voz con relaciones sólidas en el priismo nacional y en los círculos dominantes del Partido Acción Nacional llamó al reportero para dejar el nombre del actual presidente de la Comisión de Defensa Nacional en San Lázaro, como el más probable secretario de Seguridad Pública de la administración del gobernador electo.
Apenas hace dos días, en la entrega de la Parabólica el planteamiento central sugería una “Incógnita de la alternancia”, de varias más.
La continuación del clima de relativa calma que prevalece en el estado de Puebla si habría de tomarse en cuenta la realidad violenta vivida en el Estado de México, Michoacán o Durango, resulta de una altísima prioridad para alcanzar la legitimidad buscada.
El eventual arribo de un hombre cuyo perfil no puede desmerecerse en temas relacionados con la seguridad nacional es garantía de que hay voluntad política para continuar por ese derrotero.
En cambio si de regatear la trayectoria del legislador poblano en esos ámbitos, habría de recordarse que durante el conflicto que vivió el pueblo de Oaxaca con la aparición de la Appo (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca), fue responsable de coordinar los operativos, como jefe del Estado Mayor de la desaparecida Policía Federal Preventiva.
La actuación del entonces policía de alto rango en el vecino estado fue observada y señalada por el ministro Mariano Azuela Güitrón como presunto responsable de violaciones a los derechos humanos. Organizaciones ciudadanas que promueven y divulgan temas sobre garantías individuales han dicho que se trata de un funcionario de línea dura.
Más allá de los matices con que irremediablemente debe ser observada la trayectoria de Vargas Fosado, queda una certeza: tendrá Puebla un responsable de seguridad que no sale de las filas castrenses, como el general Mario Ayón, tan dado a dormir largas siestas durante todas las tardes, allá en Las Aras.
Si la versión del arribo al gabinete del gobernador electo del legislador federal por Huauchinango se cumple, como lo ha dicho la fuente hasta ahora infalible e inequívoca, tendrá un efecto de carambola: su suplente es un paisano suyo, el empresario Ricardo Urzúa, actual diputado local electo. Pero esa es otra historia.
En el sótano…
Ayer a las 13:30 horas una camioneta la camioneta pick up de la Secretaría de Salud No. 724, con placas de circulación SG 01585 era conducida por dos empleados que aventaron el vehículo contra una camioneta Grand Voyager de color blanco, tripulada por una madre de familia poblana.
Obligaron a la mujer a subir el vehículo en marcha a la banqueta sobre la 3 Poniente, entre la 19 y 21 sur. El abuso de estor gorilas tras el volante no pudo ser informado al secretario Alfredo Arango, siempre tan atento y hoy tan sordo a un legítimo reclamo.