Fernando Maldonado
Xalapa. Ver., Mario Marín García no es Fidel Herrera Beltrán. Cada uno de los dos gobernadores con el más abultado listado nominal en el país, solo después que el del Estado de México, tiene su propio perfil, trayectoria y personalidad.
Los dos mandatarios se les reconoce dotes extraordinarios para la operación electoral. Y si el origen los desune, el destino parece ser contrario.
El futuro es impredecible. Mario Marín García encabeza un proyecto político con uno de los más serios tropiezos tras la derrota en las urnas. Lucha por la supervivencia política y por su supervivencia en el interior del PRI, instituto en el que ha militado toda su vida.
Fidel Herrera Beltrán es triunfador a medias. No llevó carro completo en Veracruz. También se juega la viabilidad de su proyecto, aunque Su hijo adoptivo es ahora gobernador electo. Javier Duarte ya se alista para despachar desde la oficina principal de Palacio de Gobierno en esta capital.
Para nadie es un secreto que “tío Fide”, como aquí se le llama al populista gobernador en funciones terminó por pactar una tregua con la omnímoda Elba Esther Gordillo, usufructuaria vitalicia del SNTE y de Nueva Alianza.
Factor real de poder, la voluntariosa dirigente magisterial volvió a ganar perdiendo. Decidió sacrificar a una pieza clave en el periodo sucesorio veracruzano, Miguel Angel Yunes Linares, contumaz ex candidato opositor.
La clave para entender el silencio sospechoso de un ex aguerrido Yunes Linares terminó por ser develada cuando el cachorro de Fidel Herrera designó al hombre que encabezará la comisión de entrega-recepción de la administración veracruzana: Tomás Ruiz, otro “elbista” de tiempo completo.
Economista reconocido, el hombre que coordinará los trabajos para que Duarte reciba el gobierno del vecino estado forma parte de esa burbuja de doña perpetua en la que están el gobernador electo de Puebla, Rafael Moreno Valle y el propio Yunes Linares.
Ruiz ya es visto como el próximo titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (así se llama aquí).
Así como se han ido colocando las fichas se puede concluir que después del proceso electoral reciente, no solo Mario Marín y su delfín, Javier López Zavala son perdedores únicos.
Fidel y Duarte no son absolutos ganadores. Perdieron ganando. Tuvieron que entregar la cartera de mayor cuantía en esta entidad a Gordillo Morales.
Pierde Miguel Angel Yunes. Se le fue la oportunidad de convertirse en gobernador de un estado que antes condujo con mano de hierro, cuando Patricio Chirinos se distraía ostensiblemente.
Allá y aquí, la única ganadora se llama Elba Esther Gordillo Morales. Ella toma todo.