Fernando Maldonado
La disputa por el debate en Puebla reavivará una vieja rencilla entre las dos televisoras de carácter privado, filiales del duopolio televisivo en el país.
Hasta la semana pasada la empresa Televisa había ofrecido de manera “gratuita” su señal a través de TV 3 para que el único encuentro entre los abanderados de la coalición “Compromiso por Puebla” y de la alianza “Puebla Avanza”, Rafael Moreno Valle Rosas y Javier López Zavala, así como el de Armando Etcheverry del PT, se pudiera apreciar a través de las pantallas.
Hoy se sabe que ha hecho lo propio la filial en Puebla de la empresa de Ricardo Salinas Pliego, a la que debe sumarse la del Sistema de Información y Comunicación (Sicom).
No deja de llamar la atención que empresas del sector privado como son las representantes de dos poderosas cadenas en el país hayan hecho su expresa intención de poner a disposición del Instituto Electoral del Estado sin pago de por medio las señales concesionadas para difundir una debate destinado a formar un criterio ciudadano respecto de las ofertas de campaña de quienes han pedido el voto ciudadano.
Más inquietante es la oferta de la televisora del cerro de La Paz en virtud del papel y activismo que ha desempeñado a lo largo de los últimos años, en donde sus comunicadores y contenidos han estado orientados a socavar a uno de los partidos en la contienda, en una estrategia disfrazada de apertura informativa.
El pasado reciente ilustra: cuando el debate entre Mario Marín Torres del PRI; Francisco Fraile, del PAN; y un títere que compitió por el Verde, hijo del actual secretario de Turismo participaron en un ejercicio similar, Televisa ofreció sus estudios para realizar un debate adicional solo con los punteros de la competencia aquélla.
En colusión con el Consejo Coordinador Empresarial, entonces como ahora, bajo la tutela de los grupos de extrema derecha, Televisa Puebla puso a disposición de Fraile un escaparate que devino monólogo insufrible al que el entonces candidato del PRI decidió no acudir por la evidente y burda estrategia de golpeteo.
Y llama más la atención el súbito interés por fomentar la cultura democrática en una de las empresas que se ufana de transmitir un insufrible reality show titulado “Todos creen que saben” financiado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y doña perpetua, Elba Esther Gordillo.
Antes como ahora manos ajenas al proceso de los poblanos metieron dinero y logística en los procesos democráticos en los que se juega el usufructo del poder.
La usufructuaria del sindicato magisterial ha inyectado una buena cantidad de billetes en la empresa de Emilio Azcárraga, dijeron fuentes regularmente bien informadas. Unos 300 millones de pesos.
No habrá forma de documentarlo, pero al conocer la forma de operar de los muchachos de la maestra y los afectos que guarda a su pupilo, Moreno Valle Rosas, no sería descabellado aventurar un grado notable de verosimilitud a esta especie y pronto podríamos verlo.
En el sótano…
No debe ser tan malo como lo ha dicho el candidato de la coalición multicolor, Rafael Moreno Valle Rosas.
Su adversario en materia económica, Jorge Estefan Chidiac participa a partir de mañana en el foro Economía y Desarrollo al lado de personalidades de la talla de Jaime Sabludovsky, Luís de la Calle, Luís Rubio, Pero Aspe, José Angel Gurría y Fernando Solana.
El ex tesorero municipal, Javier Ramírez Carranza recibió ayer un espaldarazo de la alcaldesa Blanca Alcalá, al encabezar una reunión de trabajo con el gabinete en momentos en que se comienzan a jalar riendas para entregar buenas cuentas al final de la administración.
Ramírez Carranza no solo es un hombre de la confianza de la jefa del equipo, si no una especie de coordinador de gabinete al que deberán reportar para cerrar sin que haya suspicacias. En horas será publicado el acuerdo para darle formalidad al cargo.
Cada vez queda más claro que en el Partido Acción Nacional suelen ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Ahora que van a litigar un juicio civil a favor de una desamparada familia, presunta víctima de Javier López Zavala, tal vez deberían saber que en la amorfa coalición Compromiso por Puebla hay dos candidatos sujetos a proceso, y cuyo caso está en manos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Uno se llama Jorge Méndez Spíndola y el otro es Arturo “el sapo” Loyola. Los memoriosos sabrán de qué se habla en esta columna. Solo hay que revisar las hemerotecas para desempolvar el expediente que conmovió a la sociedad de aquélla época.
¿Para los deudos del muerto aquél van a litigar? Solo es pregunta.