Fernando Maldonado
“Las princesas de Atlixco” es el título.
Se trata de un video que tiene entre sus protagonistas a uno de los contendientes por la gubernatura.
Participa en una fiesta.
Hay hombres por todos lados.
Algunas personas más, de dudosa tendencia con vasos en mano; en medio del humo del cigarro, ríen con desparpajo.
El inmueble es de difícil definición, pero sobre un sillón de colonial pasado, varios jóvenes, aparentemente “bugas” parecen divertidos.
La cámara sigue su recorrido por entre la gente. No hay cortes y sigue la técnica de lente subjetivo. Una sola secuencia de principio a fin. Quien lo puede ver, parece conducido por la cámara en funcionamiento.
Nebulosa la imagen, apenas se alcanzan a describir a varios sujetos más. Definir su tendencia es faena incierta También se divierten, sin duda.
Sigue la cámara su recorrido exploratorio. Más gente, más tragos y más risas.
Hay un paning a la izquierda y ahí está, todo él con una sonrisa que parece difícil describir.
Close up del personaje. Ríe con aparente inocencia, como niño festejado que asiste al reparto de la colación.
Sin embargo, el asunto es mucho más delicado.
No es un mito urbano.
Su título se llama “Las princesas de Atlixco” y por lo que se puede advertir tal parece andan en la búsqueda de una pasarela..
La historia continuará…
En el sótano…
Una precisión del columnista. Cité en la entrega de ayer el estado de Guerrero como el sitio en el que el consultor poblano en medios, Javier Sánchez Galicia fue vetado por su paisano José Alarcón Hernández. La cita en inexacta. La realidad debió decir Estado de México y fue cuando Arturo Montiel buscaba la gubernatura.
El equipo de Sánchez Galicia fue desplazado por Carlos Alazraki y su campaña tristemente célebre e indeleble sobre los derechos humanos y las ratas. Cómo olvidarlo.
A propósito de campañas y cortinas de humo, en medio de una de las crisis más severas que enfrenta la iglesia católica la imagen de una virgen en Puebla “llora”. Si no fuera por que visten sotana, se podría decir que manejan con virtud los distractores de un pueblo necesitado de creer en algo.
Una camioneta Hummer blindada, una billetera bien forrada y una cauda de reclamos acompañan al diputado federal y líder obrero en Puebla, Leobardo Soto Martínez. En medio de la campaña política alguien tendría que decir a este legislador que la rectitud también suma.