Fernando Maldonado
El encuentro sucedió en un prestigioso hotel del bulevard Hermanos Serdán, frecuentado por la clase empresarial y política.
A la mesa, 34 de los principales hombres de negocios identificados con el Partido Acción Nacional y la derecha. Por los menos tres de ellos, funcionarios en la administración municipal del panista Luís Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús Paredes Moctezuma.
En la contraparte, uno de los operadores más eficientes del marinismo. El propósito de ese insólito ágape fue intercambiar puntos de vista en torno al tema que ocupa las conversaciones en mesas de café y la cantina: el proceso electoral, el juego sucesorio y sus competidores.
Pronto salieron a relucir los agravios del pasado, pero también los acuerdos del presente. De la persecución que el equipo marinista padeció cuando los paredistas asumieron el poder en la comuna capitalina, a la etapa de conciliación durante los últimos cinco años.
Y entonces surgió una voz de entre el empresariado que resonó entre el vocinglero ambiente matutino: claramente hizo saber las razones por las que hay molestia evidente con el candidato al gobierno del estado de la coalición Compromiso por Puebla.
Razones personales, de afinidad y financieras pesan en el ánimo de ese selecto grupo empresarial para negar de manera decidida el apoyo al neo panista. De ahí, dijo una fuente asistente al evento, no se moverán ni un centímetro.
Pero hubo más aún. Confiaron al operador la estrategia de desgaste que será utilizada en el cuarto de guerra de Rafael Moreno Valle Rosas. Las revelaciones ofrecidas fueron puntualmente registradas en la memoria del enviado.
La reunión habrá empezado alrededor de las nueve de la mañana y terminó rayando las 12:30. Ambas partes se retiraron de la mesa con acuerdos precisos e inquebrantables: dejar por el momento el oprobio del pasado y mirar juntos al futuro.