Aunque algunos –y algunas- en el PRD aldeano hacen todo con tal de boicotear la coalición con el PAN, Agustín Basave y Beatriz Mojica son los únicos que hoy tienen la decisión casi tomada sobre la política de alianzas que el sol azteca considerará con Acción Nacional.
Si bien ante los medios lo niegan, desde que asumieron la presidencia y la secretaría general del PRD iniciaron los encuentros con la dirigencia panista para procesar las coaliciones en Oaxaca, Sinaloa, Puebla y Tlaxcala; de hecho, a la fecha en las tres primeras entidades ya hay incluso un proyecto de convenio de alianza, al cual sólo le falta rellenar los espacios vacíos para registrarlo ante las autoridades electorales.
En Puebla, independientemente de las posturas oportunistas de algunos dirigentes, el CEN incluso ya ordenó al presidente del Consejo Estatal, Erik Cotoñeto Carmona, ayudante del senador Luis Miguel Barbosa Huerta, que convoque para el día 11 de diciembre a la sesión ordinaria de ese órgano para avanzar en la aprobación de la coalición con el PAN y avalar al aún alcalde Tony Gali como su candidato común.
Thelma Guajardo, secretaria de alianzas del CEN del PRD y prominente cuadro de la corriente de “Los Chuchos” (“Nueva Izquierda”), está convencida de que la alianza en Puebla saldrá adelante y sin ningún contratiempo, porque sabe perfectamente que al interior del Consejo Estatal son mayoría: de los cerca de los 165 consejeros estatales, ellos tienen el 50% más uno.
Ningún otro grupo reúne la fuerza suficiente para echar abajo los acuerdos con el PAN. Enfrente, la tribu del senador Luis Miguel Barbosa, el “Frente de Izquierda Progresista”, alcanzaría cerca de 30 consejeros que, junto con los 10 de la ex diputada Roxana Luna, no lograrían imponer condiciones.
Por lo tanto, en el Distrito Federal saben que no hay ningún problema para la coalición en Puebla, porque incluso “Los Chuchos” mayores ya han negociado con la corriente de Héctor Bautista (“Alianza Democrática Nacional”, la corriente de Luna), para avalarla e intercambiar otros espacios políticos en algunos de los estados en donde también habrá elecciones.
Por más manifiestos y desplegados en medios nacionales para supuestamente llamar a un “frente de izquierdas” en Puebla, no habrá nada, porque todos los demás partidos nada quieren con el PRD poblano. Morena caminará solo, Movimiento Ciudadano negociará –como siempre- con el que le llegue al precio y el resucitado PT ya entró en negociaciones para sumarse a la alianza morenovallista PAN-PRD-PCP-PSI.
Pero mientras se concreta lo que ya no tiene vuelta de hoja, la dirigencia estatal del sol azteca podrá seguir manejando de manera discrecional las prerrogativas que ya les empezaron a entregar, mismas que están usando para pagar 15 mil pesos mensuales para los secretarios; 10 mil a operadores contratados ex profeso para cubrir regiones del estado y hacer campaña para Luis Miguel Barbosa, y 5 mil para cerca de 20 aviadores o “asesores”.
A esto hay que sumarle los recursos que están malgastando en volver a edificar su viejo edificio de la Arena Puebla y las lujosas oficinas de la presidencia estatal, así como los gastos en contrataciones del hotel City Express, donde despacha actualmente.
Hipócrita y convenenciera, esta “izquierda” del PRD desde hace años perdió todo el respeto a sí misma y sólo se dedicó a mal gastar su patrimonio político e ideológico. Las ambiciones, la corrupción y el abuso son sus valores. Ir solos a una elección como la de 2016, significará perder todo lo que hoy tienen.
Morena los rebasaría tanto por la izquierda como por la derecha, como ya ocurrió en la federal de 2015.
Por ello, los perredistas no tienen otra alternativa que aliarse con el PAN en Puebla, y lo saben. Aunque todavía algunos, para encarecer la negociación, hacen uso de su sagrado derecho al pataleo. Derecho que, como un vaso de agua, a nadie se le niega.