Además del claro vacío que le hicieron algunos de los más importantes próceres del PRI –como el orgullo de Nativitas, el “góber precioso” Mario Marín, o el todopoderoso subsecretario de la Sedesol, Juan Carlos Lastiri-, lo más destacado del informe de actividades de la diputada federal Ana Isabel Allende Cano fue el discurso tibio, soso y vacío, lleno de lugares comunes y autogoles, pero sobre todo plagado de verdades a medias y mentiras completas, más cerca de Echeverría que de Reyes Heroles.
Un verdadero martirio para quienes hicieron el viaje hasta Quecholac, empezando por el primer consorte del tricolor en el estado, el súper policía Adolfo Karam, y terminando con auténticos ejemplares del Museo del Horror, como un tal Fernando Morales, un tal Doger, un tal López Zavala, un tal Fernández del Campo y un tal Chedraui Budib, entre otros.
Según dijo la lideresa del tricolor en su alocución ante tan ilustre auditorio, ella y sus esforzados compañeros legisladores del PRI lucharon hasta el cansancio, hasta la última gota de sus fuerzas, porque Puebla, el estado que representan en San Lázaro, contara con el mejor presupuesto federal para el 2015, cuando lo cierto es que ni Allende Cano ni el resto de diputados poblanos del Revolucionario Institucional movieron un solo dedo para que ello efectivamente así sucediera.
Colgarse medallas ajenas viene siendo ya una pésima costumbre entre los integrantes de la Nueva Clase Política Priísta Poblana, pero la práctica adquiere otro nivel cuando se sabe que se miente y que se hace con alevosía y ventaja.
Ahí está, por citar un solo ejemplo, lo que ha ocurrido sistemáticamente con el FONREGION, un fondo especial federal que tiene por objeto apoyar a los 10 estados con menor Índice de Desarrollo Humano respecto del índice nacional, a través de programas y proyectos de inversión destinados a mantener e incrementar el capital físico o la capacidad productiva, o ambos, así como a impulsar el desarrollo regional equilibrado mediante infraestructura pública y su equipamiento.
Históricamente esta distribución ha presentado el siguiente patrón:
Como puede observarse, en los últimos 5 años más del 60% del techo del FONREGION ha sido asignado a Chiapas, Guerrero y Oaxaca, y la diferencia se ha repartido entre los restantes 7 estados, entre ellos el estado de Puebla.
Para que se entienda mejor:
En los últimos 4 años a Puebla únicamente le ha correspondido el 5.4% del techo del FONREGION.
O sea: nada.
O sí: una limosna.
Y, desde que son diputados, ni Allende Cano ni sus colegas han siquiera intentado que esa dinámica nociva para su estado se revierta.
Tal es la gran “preocupación” del grupo de legisladores del PRI por los pobres de Puebla, por esos mismos que usaron y acarrearon para llenar el foro donde la dirigente estatal rindió su desafortunado “informe” este fin de semana.
¿De qué habla, pues, la señora Ana Isabel Allende cuando jura que gracias a ella y a sus compañeros priístas en la Cámara Baja, Puebla dispondrá de 68 mil 798.27 millones de pesos para el próximo año?
¿De cuál o cuáles gestiones habla exactamente?
Porque la historia es otra, muy diferente a la que ella cuenta, sobre todo cuando dice que “las batallas de los pobres de Puebla son las de su partido” (sic).
Nada más falso que eso.
Y ahí están los hechos, que hablan más que mil palabras.
Palabras que no corresponden a la realidad.
De por sí limitada, Allende Cano pretende ser una dirigente moderna y dar clases de moral y ética desde el púlpito que le permiten sus 15 minutos de fama, pero honestamente sólo hace el ridículo porque sólo repite los mismos atavismos y vicios del pasado.
Soberbia, olvida que no por decir mil veces una mentira, ésta se convertirá en verdad.
Aunque el consorte y los fieles de su parroquia le digan que sí y no paren de aplaudirle como auténticas focas.