No lo ande contando pero en el gobierno federal se da por hecho que el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, va a regresar a Puebla pronto, tan pronto como la próxima semana, en una nueva –e inesperada- visita al estado gobernado por Rafael Moreno Valle; de no ocurrir otra cosa, el titular del poder Ejecutivo federal volverá a la Angelópolis luego de la gira que realizó apenas el pasado mes de septiembre para inaugurar la autopista México-Tuxpan, que incluyó el célebre puente San Marcos –el segundo más alto del mundo- que cruza el río del mismo nombre, en la sierra de Xicotepec, en territorio poblano.
De acuerdo con la agenda que se maneja en Los Pinos, Peña Nieto encabezaría el lunes a las 11.30 horas, en el Centro Expositor, el XII Encuentro Iberoamericano de la Sociedad Civil, que se realiza cada dos años –la primera edición fue en Cáceres, España- y en el que participarán del 13 al 15 de octubre más de 3 mil representantes de organizaciones internacionales, provenientes de países como Argentina, Colombia, Ecuador, Brasil y por supuesto México.
Bajo el lema “Nuevos roles y expresiones de la sociedad civil”, la cumbre tiene como objetivo analizar las nuevas tendencias surgidas de los grupos organizados en países de Iberoamérica, para valorar su importancia e impacto social.
De confirmarse, la visita de Peña Nieto sería, ya, la novena que efectúa a Puebla desde que es presidente de México.
A saber:
En 2013, el 23 de abril, participó en el foro de consulta ciudadana por un México incluyente, como parte del Plan Nacional de Desarrollo.
El 5 de mayo encabezó la conmemoración por el 151 aniversario de la Batalla de Puebla y acompañó a jóvenes soldados del servicio militar en su jura de bandera.
El 13 de noviembre regresó para inaugurar el Hospital General de San Andrés Cholula.
Ya en 2014, el 7 de enero celebró el día de la enfermera y el enfermero e inauguró los hospitales de Acatlán y de Teziutlán.
El 26 de febrero clausuró aquí la 46 Reunión Ordinaria de la CONAGO, que encabezó por un año el gobernador de Puebla.
El 5 de mayo volvió a presidir el desfile, esta vez con motivo del 152 aniversario de la Batalla de Puebla.
El 8 de julio llegó al municipio de Chignahuapan para poner en marcha el Programa Nacional de Reforestación 2014.
Y el pasado 17 de septiembre regresó al estado para inaugurar la autopista México-Tuxpan, obra iniciada hace cuatro sexenios y que da una segunda vía de acceso al Golfo de México desde el centro del país.
La del lunes próximo será, pues, la visita número nueve –la quinta de este año- de Peña Nieto a Puebla en lo que va del gobierno morenovallista, que ha sido un buen anfitrión.
Nueve… y contando.
Y eso que, según la teoría del caos, el presidente y el gobernador están “peleados”, “no se llevan” y uno desea la “ruina” del otro.
Algo fuera de la realidad entre dos políticos pragmáticos y astutos, que entienden perfectamente sus respectivos roles y posiciones en el juego del poder y cuyos acuerdos y hasta complicidades, que para nadie en el círculo rojo son un secreto, rebasan coyunturas y “calenturas” ajenas.
Hasta hoy, sin llegar a ser amigos, Peña Nieto y Moreno Valle han logrado mantener una relación cordial, institucional y productiva, por más que muchos priístas sigan anunciando la gran “acometida” presidencial contra el gobierno estatal, un escenario que hoy sencillamente no cabe y menos de cara a las elecciones intermedias de 2015.
Parece ser que los catastrofistas van a tener que seguir esperando sentados.