Fiel a su costumbre de engañar, abusar y simular, y apegada a su muy particular estilo de hablar con doble lenguaje para aprovecharse de todo y de todos, la priísta Blanca Alcalá camina cada vez más sola en busca de esa su obsesión por ser senadora de la República, y si para ello tiene que pasar por encima de cualquiera, hasta de sus familiares, amigos y colaboradores, no lo duda ni tantito, con tal de obtener sus más oscuros propósitos.
La ex alcaldesa de Puebla no conoce de agradecimientos y lealtades; abandonó el sentido común, el tacto y la sensibilidad política y social, mucho antes de abandonar el cargo; para ella, todos son súbditos y lacayos que le deben hacer caravana y rendir honores y pleitesías, porque cree merecerlo todo.
Su vida personal, lamentablemente, es un desastre, pero no le preocupa. Su relación con el yerno incómodo, complicada, pero la tolera y nada puede hacer, y los colaboradores y seguidores que le sobraban, hoy los cuenta con los dedos de una mano, y le sobran dedos.
¿Sabrán el gobernador Rafael Moreno Valle y el edil de San Martín Texmelucan que el tesorero de aquel municipio, Héctor Sulaimán, tiene en la nómina como ‘aviadores’ a algunos “fieles” colaboradores de Blanca Alcalá?
¿Sabrá el titular del Ejecutivo estatal que en la capital poblana, que gobierna Eduardo Rivera, la ex edil tiene a varios empleados comisionados para su servicio, como escoltas, choferes y secretarias, a los que, en algunos casos, se apresuró para darles plazas sindicales antes de dejar el cargo?
Y por otro lado, ¿qué pensarán quienes ayudan o ayudaban a Alcalá Ruiz en diversas tareas pero que no fueron beneficiados con algún salario, a pesar de haberle servido con eficacia, discreción y eficiencia?
¿Por qué Blanca se ha empeñado en proteger y apoyar económicamente a Gabriela García Maldonado, su ex secretaria de Administración? ¿Acaso serán, además de amigas, y como perversamente se afirma, cómplices en el manejo irregular de recursos públicos?
A Gaby, como le dicen cariñosamente sus amigos, y a los colaboradores más cercanos de ella, la “generosa” Alcalá se apresuró a conseguirles varias plazas, para que se viera el agradecimiento de la ex presidenta municipal ‘hacia los favores hechos por ellos’; fue así que entre el CEN del PRI, la CNOP nacional y San Martín Texmelucan, les consiguió plazas, que van desde los 5 mil pesos hasta los 20 mil.
De aquí también resultaron beneficiados con una “placita” su yerno, Edgar Chumacero, que, a su vez, trae como chofer con cargo al erario a Daniel Fonseca, elemento de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, y Víctor Giorgana, que, aunque le genera problemas a Blanca, luego se los resuelve para hacerse sentir así indispensable.
A los otros comisionados, entre ellos Marcela Uvera y Rosy, que le sirven como secretarias, también les paga por fuera. Lo mismo sucede con Ángel Mendoza, su chofer, que pertenece a la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado, pero apoyándola tiene doble sueldo. Hay varios empleados más, que hoy, han sido beneficiados de esa manera.
Pero, volviendo a la pregunta anterior: ¿qué pensarán quienes le ayudaron pero no recibieron pago alguno por sus servicios?
Blanca Alcalá suele utilizar para luego -y sin dar las gracias- desechar a los que ya no le son necesarios o le pueden salir caros.
Son varios los que se quedaron esperando un pago por sus servicios, como Héctor Hernández, Eduardo García, Mónica Barrientos, Leticia García Polo, Eduardo Vázquez Rossainz, Fernanda Diez Torres –a quien por cierto la hermana Gabriela Alcalá le hizo la vida imposible en el DIF municipal-, Emilio Trinidad y Javier Ramírez Carranza, quien terminó de pleito con García Maldonado, entre muchos otros.
A estos no les paga ni pagó, pero en su momento los usó.
Hoy, la aspirante el Senado jura que no tiene dinero para pagar por servicios profesionales, y en el caso de Emilio Trinidad, ella jura y perjura que le sigue manejando su prensa en el DF, pero al preguntarle a Emilio si era cierto que le seguía ayudando, éste aseguró que tiene varios meses sin verla ni hablar con ella, aunque le reitera afecto y respeto.
Pero ¿el tal Emilio se lo dará cuando se entere que Blanca tiene contratados en temas de comunicación los servicios de la empresa de un par de conocidos periodistas poblanos?
¿Sabrá que también les paga a Margarita Jiménez Urraca y a Antonio González Luna, que se dedican con sus respectivas empresas a lo mismo que Emilio en la ciudad de México?
Se sabe que Emilio Trinidad tiene magnífica relación con Javier Lozano Alarcón, desde que éste fuera subsecretario de Comunicación Social del gobierno federal y aquel director general en la Secretaría de Gobernación, por lo que, muy probablemente, el aspirante del PAN al Senado –y rival de Alcalá- busque aprovechar las buenas relaciones que el ex jefe de prensa de Blanca dejó en Puebla y tiene en la capital del país, para irse posicionando de mejor manera.
Y mientras todo esto sucede o no, seguiremos viendo cómo la ambición de Blanca la lleva a traicionar y a seguir abusando de todo aquel que torpe o noblemente se deje.
Aunque duela, es la puritita verdad.